Cada 40 a 60 años la ciudad cambia de dueño, los herederos toman posesión de la propiedad en un proceso normal que pasa de generación en generación, sin embargo hay muchos casos en los que varios predios en la ciudad que por falta de tramitación a tiempo o por descuido de sus propietarios pasan a una lista de inmuebles abandonados, intestados o en litigio.
La lucha por conseguir una vivienda, la ambición inmobiliaria y hasta la codicia política por estos inmuebles desata una guerra soterrada por esos espacios.
Hay zonas privilegiadas que alguna vez fueron abandonadas por sus habitantes originales –como en el terremoto de 1985- en la Colonia Roma y Condesa y recuperadas posteriormente por sus descendientes en el auge del negocio inmobiliario y el crecimiento de los negocios de restaurantes y bares.
La especulación y la moda expulsa a sus habitantes pues las rentas y el precio del metro cuadrado sube aceleradamente en una espiral inflacionaria que rebasa el presupuesto de una familia promedio frente al poder de los corredores de bienes raíces, los especuladores, intermediarios y hasta los intereses políticos que gozan de información privilegiada para hacerse de propiedades en esas zonas.
Casi 30 años después del sismo de 85, la zona de las colonias Roma y Condesa entraron en una vertiente de especulación inmobiliaria que arrasa con los vestigios de la cultura de barrio para dar paso a establecimiento de bares y restaurantes.
Una colonia con arquitectura y paseos de la época porfiriana que hoy convive con edificaciones modernas que rompen con el paisaje urbano y hacen que cambie el uso de suelo de espacio habitacional a zona de comercio, oficinas y edificios de lujo.
La contienda por los espacios ha desatado una ola de desalojos en edificios y viviendas, bajo la premisa administrativa de irregularidades en la posesión de los inmuebles. O bien por ser inmuebles con riesgos para ser habitados.
Recientemente, -el pasado 1º de febrero- el edificio ubicado en Plaza Villa de Madrid 7 (frente a la Fuente de las Cibeles) fue desalojado por las autoridades del gobierno de la Ciudad de México, aduciendo que presenta daños en su estructura, por lo que no puede ser habitado. Desalojando a sus habitantes.
En el desalojo participaron varias instancias del gobierno de la ciudad de México, tanto administrativas como de seguridad pública.
El cual tuvo eventos de violencia, como el forzar las puertas y cortinas de algunas viviendas y comercios como lo constatan fotografías y videos de los propios vecinos del lugar.
Elementos del cuerpo de Granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP) resguardaron el inmueble marcado con el número 7 de la Plaza Villa de Madrid entre Oaxaca y Medellín.
Mientras que personal de Protección Civil colocó los sellos de suspensión de actividades a los locales y puertas del edificio.
Posteriormente y en el transcurso de los siguientes días, los habitantes e inquilinos, presentaron sus quejas de inconformidad ante el Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal, (INVEA) en la que consiguieron una apelación para poder sacar sus pertenencias que quedaron bajo los sellos de suspensión de actividades.
Así como gestionar una reunión con la secretaria de gobierno de la Ciudad de México, para establecer una mesa de dialogo con esas autoridades que en ultima instancia son las que liberan las órdenes de desalojo.
Cabe esperar una respuesta por parte de las autoridades.
La ciudad cambia de cara a un ritmo vertiginoso y los intereses inmobiliarias están al asecho de oportunidades, los inquilinos luchan por un espacio para vivir y los intereses políticos juegan en el tablero de las oportunidades.
Quién se quedará con este inmueble, los grupos de interés, los inquilinos o la ciudad de México.