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Obra finalista en 2011 del Premio Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo
¿Será cierto que el amor todo lo puede? El irresoluble problema de unos jóvenes enamorados que deben separarse debido a diferencias de valores y perspectivas de vida es abordado en la obra Heimweh/ Estaciones.
En la historia, Soledad es una joven mexicana que vive en Austria con Jakob, su novio europeo. Ambos lo apuestan todo por hacer realidad su sueño de estar juntos, pero su relación es cada vez más difícil debido a sus diferencias culturales.
La falta de escritura, las pérdidas y la lejanía de su país natal terminan por desatar un conflicto en Soledad, mientras que Jakob no sabe cómo enfrentar la depresión en la que se encuentra su pareja.
Los periodos del año en los que las condiciones climáticas imperantes se mantienen, ocupan un papel esencial en la obra que se vuelve una metáfora de la relación.
Primero aparece el invierno con el frío y la nieve que invade las calles; después, con la primavera las flores retoñan y surge la esperanza. Con el verano pareciera que es necesario buscar terrenos más cálidos y, por último, en el otoño, la idea de renovación se hace más fuerte.
La escenografía es sencilla y se observan pallets (armazones de madera) que se convierten en la casa, los pasillos, el auto y las islas de los personajes, mientras que en el techo cuelgan enormes bolsas de plástico llenas de aire y en una esquina se proyectan las estaciones del año que acompañan al relato.
La presencia de una computadora y una bicicleta se vuelven elementos importantes en la trama junto con un diseño sonoro que ayuda a crear las atmósferas.
Bajo la dirección de Isael Almanza, el montaje inició temporada el 7 de octubre en el Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Escrita por la joven dramaturga regiomontana Myriam Orva, esta obra autobiográfica fue finalista del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo 2011.
“Empecé a escribir teatro por el deseo de decir algo. Con el tiempo, este deseo se ha convertido en mi medio para sobrellevar la realidad: el mundo es maravilloso, la vida; pero nosotros lo retorcemos, complicamos todo”, comentó la creadora escénica.
Los actores Cecilia Zolev y Gonzalo Guzmán plasman en escena un universo en donde la interculturalidad se vuelve un desafío. Se trata de una historia de amor contemporáneo, de ese amor líquido que plantea el sociólogo polaco Zygmunt Bauman.
En una época en que las relaciones amorosas tienden a ser más fugaces y superficiales, la obra explora, en lo individual, el anhelo por regresar a ser uno mismo cuando ya todo parece haberse ido.
