La fijación que tenía Julio Cortázar hacia México comenzó a detallar- se en el libro La otra orilla (1943), a través de un cuento titulado “Bruja”. Trece años después en Final del juego (1956), Cortázar vuelve a referirse a México en los cuentos: Axolotl y La noche boca arriba. El primer texto está situado en México, mientras que el segundo se ubica en el acuario del Jardín des Plantes de París, pero gira alrededor del ajolote, especie endémica de México.
Ambos cuentos forman parte de la publicación número 144 de la revista Biblioteca de México, que conmemorando el año de Julio Cortázar: 2014, publica en este número una serie de ensayos del Gran Cronopio acerca de la creación literaria, destacando la relación que el escritor argentino tenía con México. Además, se muestra una entrevista del escritor, poeta y ensayista mexicano Eduardo Lizalde con Julio Cortázar cuando esté visitó por primera vez México en 1975.
La publicación también contiene textos de los escritores José Lezama Lima, Adolfo Bioy Casares y Mario Vargas Llosa, así como del cineasta polaco Krzystof Kieslowski, que escribieron acerca de Julio Cortázar y su obra. Asimismo, se encuentran ensayos escritos por el mismo Julio Cortázar: Notas sobre la novela contemporánea (1948), texto donde hace una comparación entre las novelas del siglo XIX y las contemporáneas. Después está el texto: El creador y la formación del público, escrito en 1969 y que se sitúa en el Congreso Cultural de La Habana, Cuba, a la cual Julio Cortázar asistió como invitado.
Para finalizar, la publicación presenta un texto que se titula: Un cronopio en México, donde Julio Cortázar narra aquel encuentro con los cronopios (personajes salidos de su imaginación y descritos en su libro Historia de cronopios y de famas). Cortázar relata que en uno de sus viajes a México, mientras observaba una colección de piezas precolombinas donadas por Rufino Tamayo a un museo de Oaxaca, regresaron a él reminiscencias de un mundo olvidado: “Una vez más me tocaba encontrarme por lo profundo con un México que jamás había visita- do antes pero que estaba presente en textos míos, en pesadillas e iluminaciones”.