Orestes Parte y Obra Orquestal

Discos de fundamental importancia para el repertorio iberoamericano

Se presentaron ambos materiales discográficos en la Sala Manuel M. Ponce
Orestes Parte es una ópera de contrastes extremos entre ritmos bélicos y dulces evocaciones

 

  E  l reconocido compositor mexicano Federico Ibarra presentó este sábado sus discos Orestes Parte, ópera y una grabación doble que incluye su obra orquestal. Acompañado por el director escénico Luis de Tavira, la mezzosoprano Belén Rodríguez y los directores musicales Rodrigo Macías y Fernando Lozano, Ibarra externó su esperanza de que ésta sea la oportunidad para que el público adquiera el gusto por este tipo de música.

En su oportunidad, Rodrigo Macías, director de la Orquesta Sinfónica del Estado de México, quien estuvo al frente de Orestes Parte, recordó que su primer contacto con la obra de Ibarra fue con algunas piezas orquestales, especialmente, la ópera Alicia. “Después tuve la fortuna de ser invitado a este proyecto con un título que no conocía y, en ese sentido, representó un reto, porque ya se había estrenado, pero no se había grabado.

“El lenguaje musical del maestro sigue tan fresco como el día que escribió esas obras. Pienso que la música grabada en estos discos es de una importancia fundamental para el repertorio, no sólo mexicano, sino iberoamericano. Sin duda, hay buenos compositores en México, pero no siempre hay buenos operistas y el maestro Federico Ibarra tiene ambas.

“La diferencia estriba en que es un autor que entiende el teatro y lo vive. Las óperas de Federico Ibarra funcionan y se representan, además la música es atractiva, interesante, bella y funciona con el espectáculo”.

Por su parte, la mezzosoprano Belem Rodríguez, quien protagonizó a Elektra en Orestes Parte, afirmó que la obra, con libreto de José Ramón Enríquez, es muy poderosa. “No podría ser de otra forma tratándose del texto que se aborda y del giro único que toma la tragedia tradicional en las letras del maestro José Ramón. Texto y música envuelven al intérprete en una emoción insostenible que, estoy segura, el público compartirá a través de estos discos”.

Luis de Tavira expresó que “uno de los mayores privilegios ha sido haber acompañado al maestro Federico Ibarra en su creación operística. Me tocó estrenar tres de sus óperas”: Leoncio y Lena,Orestes Parte y El pequeño príncipe, estás últimas en el Palacio de Bellas Artes y en la Universidad de California, en Los Ángeles.

Sobre Orestes Parte dijo “es una ópera de contrastes extremos entre ritmos bélicos y dulces evocaciones. Lo siniestro y la inocencia se cortejan en la música y el drama avanza en el fluir de las sombras entre asaltos súbitos”. Agregó que la ópera contiene los elementos esenciales de la tragedia clásica, “ante el precipitado desahucio que sobre ésta había proclamado el naturalismo positivista”. Impulsos que permearon las obras de compositores como Stravinsky y Strauss, y marcaron a una generación indignada que se opuso enérgicamente a la guerra, que proclamó la utopía de la imaginación, el poder de la liberación sexual y transformó muchas conciencias aún indómitas.
Finalmente, Fernando Lozano, quien estuvo al frente de la obra orquestal, dijo que la vasta obra de Ibarra evidencia la “impresionante manera de hacer música, de manejar los instrumentos y la voz”. Expresó que para él hay dos obras importantes no sólo por el aspecto musical, sino simbólico: la Obertura para el Nuevo Milenio y Ojos de sueño.

Lozano destacó que las grabaciones, las cuales cubren 120 minutos, fueron un trabajo muy cuidado, sobre todo por la dedicación que el mismo compositor invirtió: El maestro Ibarra llegaba antes que todos y se iba después que todos. No había manera de equivocarse en algo porque él estaba pendiente de todo y eso nos ayudó muchísimo para hacer una excelente grabación. La música es muy buena y está muy bien escrita, eso hace que el músico se meta a tocarla en serio, con entusiasmo, con fervor; entonces, la orquesta hace un papel muy destacado porque está convencida de lo que está tocando.

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