Exposición
ataque pocho, chicano y migrante
Guillermo Gómez-Peña
toma por asalto el MAM
La Mexican (lN)documentado reúne arte viviente, arte objeto, fotografía y performance realizado por el célebre creador underground
“…el arte puede ser un exorcismo cultural frente a los políticos corruptos y el narcotráfico”
“Regreso como un Godzilla con sombrero de mariachi”, asegura el artista
“
V enimos a chicanizar nuevamente a la ciudad de México. Como artista he creado mi propio camino, un territorio entre el arte conceptual y la física cuántica, sin embargo, el arte puede ser un exorcismo cultural frente a los políticos corruptos y el narcotráfico”, dijo Guillermo Gómez-Peña.
La propuesta de un artista vivo y en diálogo con su época son dos de los elementos que definen la exposición del célebre artista alternativo Guillermo Gómez-Peña, figura del mundo underground de los años noventa tanto en México como en los Estados Unidos.
Mexican (lN)documentado es el título de esta muestra conformada por 150 piezas, donde el artista hace gala de su talento para la instalación en vivo, la fotografía, el arte objeto y el video.
Guillermo Gómez-Peña. Mexican (IN)documentado es la primera exposición individual en México de uno de los artistas pioneros del performance, hoy reconocido internacionalmente.
Nació en la colonia Nueva Santa María, en la Ciudad de México, y a los 23 años, “demasiado joven para ser jipiteca y demasiado viejo para punketo”, partió a Los Ángeles, donde estudió en el California Institute of the Arts (CalArts).
Desde 1999 tiene doble nacionalidad y ha vivido en carne propia atropellados procesos de desarraigo (desmexicanización, pochización y chicanización). En un principio, catalizó los malentendidos y contradicciones que aglutinan la experiencia latina en Estados Unidos y alentó su diálogo a nivel continental. También denunció el menosprecio por los chicanos, no solo del etnocentrismo anglosajón, sino de los mismos mexicanos. “A través de los chicanos descubrí que mi arte podía ser el medio idóneo para explorar y reinventar mis múltiples y cambiantes identidades (algo que hubiera sido impensable en el México de aquel entonces)”, observa.
Señala Sylvia Navarrete, directora del MAM: “Precedido de una fornida reputación de performancero perturbador, en los años noventa Guillermo Gómez-Peña encarnaba una potente figura underground cuando se presentaba en México. Al cabo, sus diatribas contra las paranoias contemporáneas, su temperamento exhibicionista y sus numerosos libros (la mayoría agotados) contribuyeron a exacerbar los debates finiseculares en torno a la emancipación sexual, la diversidad cultural y de género, la coexistencia fronteriza y las tensiones entre México y Estados Unidos, hoy nuevamente sujetas a agudas disensiones”.
Mexican (IN)documentado invita al público a comprender y disfrutar los alcances de su trabajo de performance por medio de más de 150 obras: vestuario, videos, fotoperformance, instalaciones, documentos, textos y parafernalia provenientes de sus estudios en la Ciudad de México y San Francisco, California, y que reviven sus legendarios alias: Border Brujo, Mad Mex y Mexterminator, entre otros.
Janice Alva explica: “Su experimentación es ambiciosa: hurga en la instalación, los multimedios y las redes sociales, y fusiona la fotografía, el video, la pintura, el teatro, la poesía, la música, la danza, la escultura, la literatura, la protesta social, la transgresión cívica, la teoría queer, la intervención de objetos y juguetes encontrados, el vestuario, el maquillaje, los tatuajes, el grafiti, los cómics, las figuras de acción, los rótulos, la cultura popular mexicoamericana, el folclor chicano y los acentos y lenguajes del mundo.
“Guillermo Gómez-Peña reinventa la calle, el museo, la plaza pública, la cabina de radio, la entrevista, el set de grabación, su casa, su baño. Domina la ironía y genera estados de éxtasis y catarsis a través de una hibridación de las palabras que ha logrado conmocionar, divertir y contrariar sus entornos”.
En el recorrido previo para dar a conocer esta muestra que se inauguró el miércoles 29 de noviembre en el Museo de Arte Moderno, la directora de este recinto, Silvia Navarrete, afirmó que esta es la primera muestra individual que se le dedica al artista en México para reconocerlo como pionero del arte acción y a la par como escritor, inventor de lenguas, activista, pedagogo radical y director de la agrupación que refrenda su vocación por el desafío: La pocha nostra.
Acompañada por la curadora Janice Alva, Navarrete refirió que esta muestra pone al desnudo el trasfondo de un proyecto artístico que inició en Nueva York y San Francisco y que culmina para beneplácito del público en el Museo de Arte Moderno.
“Migrante por convicción, Guillermo ha vivido en carne propia atropellados procesos de desarraigo y por ello, como una manera de torpedear las posturas intransigentes ha creado sus turbulentos alias como el Border Brujo, el Mad Mex y el Mexterminator”.
Guillermo afirmó que él es básicamente un artista nómada o un pollero intelectual que sigue el mandato escrito en su ADN, y que sufre constantemente la indecisión para abarcar diversos territorios que van del performance a la fotografía.
“Mi pasaporte para entrar al país en donde quisiera vivir, un país de tolerancia, es mi arte, por eso cada pieza en esta exposición es producto de un diálogo entre un cineasta, un performancero y un poeta, pero quisiera que el público disfrutara esta muestra sin el filtro de mis ideas”.
Y agregó: “Este es arte viviente, arte agonizante y me gustaría que el público que visite esta muestra se encuentre al final de ella con mi propio féretro para entablar un diálogo”.
Durante el recorrido inaugural el público pudo apreciar piezas como la serie fotográfica Ciborg, la pieza de arte objeto El figurín de mi adorado Melquiades Herrera, la foto Escena bucólica para álbum de Nortec y la cronología titulada Los archivos vivientes.
Destacan también sus piezas con personajes vivientes, como la chica que toma el sol ataviada con un traje de cerveza norteamericana, come un algodón de azúcar y sostiene una ametralladora en su regazo; o el Mariachi zombie de Culiacán, quien con sombrero rojo y botas de duende es cubierto sólo con un calzón en forma de penca de maguey.
Otras piezas que destacan son El performance de la violencia cotidiana. Cráneo de niño asesinado por el narco y objetos varios de tortura utilizados por los cárteles mexicanos y la policía judicial; así como los muñecos de plástico personalizados pertenecientes a la serie Sobrevivientes de la globalización.
El artista entabló al final un diálogo con el público junto a un féretro colocado en medio de la sala de exposiciones donde afirmó que esta exposición marca su retorno y su manera de interpretar las quimeras de la migración y los exiliados culturales.
En esta exposición se podrá disfrutar de tres instalaciones vivas tituladas La pareja en la jaula, La cruci-ficción y Cómo te gustaría ser recordado, tanto en la sala del MAM como en el Jardín Escultórico.
La exposición Mexican (IN)documentado, puede ser visitada del 30 de noviembre al 22 de abril de 2018 en el Museo de Arte Moderno. Reforma y Gandhi.