La poeta Elva Macías cumplió el domingo 10 de enero 72 años. Nacida en Villaflores, Chiapas, en 1944, desciende de una tierra de reconocidos poetas. Su vida y obra están marcadas por las fuertes tradiciones de su origen, pero también por la libertad y distancia que le dio esa aventura de viajes por China, Rusia y Europa, que emprendió al lado de su compañero, el gran narrador Eraclio Zepeda, cuando en 1963 enamorados huyeron en lo que llamaron “el rapto más largo de la historia”.
Tradición, arraigo, familia, libertad, ciudades, culturas lejanas, mirada interior femenina, todo está en su obra poética como una autobiografía en títulos que la describen: Círculo de sueño, Pasos contados, Lejos de la memoria, Ciudad contra el cielo, Imperio móvil, Jinete en contra, De tela y de papel, Caravanas de riesgo. Y ahora trabaja en una recopilación de sus poemas que titulará Escribir no basta.
Elva Macías Grajales también ha publicado libros infantiles de diversos géneros.
Estudió lengua y literatura rusas en la Universidad Lomonósov de Moscú. Fue maestra de español para niños en China; difusora cultural en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en Chiapas y en la UNAM, donde ocupó la Subdirección de Casa del Lago; directora del Museo Universitario del Chopo y de las series discográficas Voz Viva de México y Voz Viva de América Latina, Premio Chiapas de Literatura Rosario Castellanos, 1993.
Ha merecido entre otros reconocimientos: Premio Chiapas, Premio de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada 1994 por su libro Ciudad contra el cielo, y el Premio Internacional Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval 2012. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores.
El domingo es tu cumpleaños. ¿Cómo lo vas a pasar ese día?
-Lo pasaré con mis tres mejores amigas de Tuxtla, ninguna es escritora, pero son buenas lectoras, tienen sentido del humor, nos conocemos desde los 10 años. Hicimos algunas diabluras en el colegio de monjas y éramos estudiosas.
El 2015 fue un año con una gran pérdida con la muerte de tu compañero por más de 50 años, Eraclio Zepeda, ¿cómo has pasado estos días difíciles, la poesía ha sido algún consuelo?
-Siempre lo es. La compañía de los amigos ha sido otro gran consuelo, aunque no estén junto a ti todo el tiempo, hay muchas formas de estar con uno. Todavía no puedo asimilar la pérdida, con frecuencia hablo de Eraclio en tiempo presente.
¿En estos días has tenido que recurrir a alguno de tus libros de poesía, cuál, por qué?
-He recurrido a dos de ellos para trabajar la reunión de tres libros en el Fondo de Cultura Económica (FCE), y dos se refieren a pérdidas, considero que cierran un ciclo en mi poesía, lo he titulado Escribir no basta. Por ahora es difícil concentrarse, apenas hace unos días empecé a retomar la corrección de unos poemas. La depresión paraliza, estoy tratando de superarla.
Círculo de Sueño, Lejos de la memoria, Ciudad contra el cielo, Imperio móvil, Jinete en contra, Caravanas de riesgo, son algunos de los títulos de tus libros de poesía… decía Álvaro Mutis que tu poesía “es la esencia de lo nombrado porque sabe iluminar el lado oscuro y siempre escondido de cada cosa, de cada instante y darle una trascendencia luminosa”… ¿qué dices de la opinión de Mutis?
-La opinión de Álvaro Mutis es muy generosa, se refería a Ciudad contra el cielo. No puedo hablar de tantos libros en una breve entrevista, lo que puedo decir que desde Jinete en contra ha habido un cambio en mi poesía, se ha hecho más abierta, menos críptica y he tocado más a fondo mi relación con hechos y las cosas que me rodean, es menos contenida y eso ha dejado fluir la memoria con sus huellas profundas.
Hay tres tipos de escorpiones:
el primero hace daño a todo mundo,
el segundo se hace daño a sí mismo,
el tercero se sublima y se redimen.
Todos tienen veneno
En tus poemas también están las descripciones de personajes y utilizas para hablar de algunos los horóscopos, como en el caso de Escorpión, me gustaría hablaras un poco de este poema…
-Hablo de mi hermana mayor, personaje central de Jinete en contra y hago una mezcla de las características del animal y del signo, es decir una simbiosis de la realidad y el mito, de ahí que el poema se vea redondo en cuanto a su significado.
La poesía es una pasión para ti como creadora, ¿por qué hacer también libros de otros poetas?
-Uno hace libros de otros poetas, en mi caso, antologías, para honrarlos, para perpetuar su memoria, para aprender de ellos. Hice una antología de Enoch Cancino Casahonda y de Raúl Garduño, mis coterráneos, el primero de la generación de Sabines y Castellanos, el segundo de mi generación. Fue un amigo muy querido, murió muy joven y es poeta de gran aliento; hice otra breve antología de la gran poeta argentina Olga Orozco por la gran admiración que le tengo.
¿Qué poemas siguen siendo fundamentales para ti como lectora?
-Hay muchos que siguen siendo fundamentales: Las montañas, de Sabines, su único poema sobre el paisaje de Chiapas; Idilio salvaje, de Othón; Fuensanta, de López Velarde; La abuela, de Olga Orozco; Piedra de sol, de Octavio Paz; Anábasis, de Saint-John Perse, y muchos otros que sería largo enumerar.
Incursionaste también en la gastronomía, y eres una gran conocedora de telas, coleccionas botones. ¿Cuál es la importancia de estas facetas en tu vida y su relación con la literatura?
-Son muy importantes porque ambos temas son manifestaciones cotidianas de tu cultura, cómo te vistes, qué imagen das; qué comes, con quién, en dónde. En una plaqueta, De tela y de papel hablo de telas y botones. Mi abuela, y luego mis padres, tuvieron una tienda, primero sólo de telas y luego agregaron otros artículos. Me interesa la moda, de no ser escritora me hubiera gustado ser diseñadora de alta costura.
Desde 1963 iniciaste un viaje con Eraclio Zepeda, ¿cómo fue tu vida compartida con él?, ¿Qué complicidades literarias había entre ustedes?
-Yo titulé como seis de los libros de Eraclio, con excepción de la última novela, Viento del siglo, que hace mucho tiempo lo tenía elegido. Sí teníamos diálogos e intercambio de opiniones sobre nuestros trabajos y lecturas compartidas, pero también con otros autores amigos.
Hace dos años tuviste muchas celebraciones por tus 70 años… a lo largo de tu vida como escritora has recibido premios importantes, en tu ciudad natal, Villaflores, te reconocen… ¿cómo se siente ahora Elva Macías?, ¿cómo te referirías a ti misma en un poema?
-En mi ciudad lleva mi nombre un centro cultural, la biblioteca lleva el nombre de mi abuelo, José Emilio Grajales, poeta autodidacta y autor del Himno a Chiapas que es un himno pacifista, al contrario del nacional. En cuanto a la segunda parte de tu pregunta, te comento que las mujeres poetas son dadas a verse a sí mismas en su poesía, Rosario Castellanos, Enriqueta Ochoa,
Margarita Michelena, Olga Orozco, lo han hecho como si se contemplaran desde un plano distante, buscando objetividad para ver a la mujer que son. Creo que me retrato un poco en mi libro que se llama Caravanas de riesgo, me veo en el camino y no hago una imagen rotunda de sí misma, más bien alguien que cambia y aprende y trata de llegar más adelante.