Teatro de la Ciudad Esperanza Iris
Gala de la CND
En el arte y la vida se requiere de pasión; pasión que pusieron en la duela los bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND) que presentaron el pasado 12 de Junio, su Gala de danza en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
La noche inició con Las llamas de París, coreografía de Vasilli Vainonen, con música de Boris Asafiev e interpretada por Yoalli Sousa y Rodrigo Ortega; vestidos de blanco y azul rey, bañados de azul también con las luces que iluminaban el escenario, que no era más que una pared blanca. Los cuerpos decían por sí solos de la energía que los jóvenes intérpretes buscaban imprimir en el público.
Entre arabesques y piruetas dieron paso al siguiente pas de deux interpretado por Greta Elizondo y Fabián Morales, vestidos de blanco e iluminados en lila y azul, danzaron sobre el escenario Romeo y Julieta de Carlos Carrillo, con la música de Sergei Prokófiev. Este número llenó de energía al público presentando de manera mucho más teatral la interpretación dancística; las miradas amorosas y pasionales aunadas a caricias tiernas y momentos de tragedia, contaron una vez más la universal historia de amor de William Shakespeare.
Planimetría del movimiento: La oscuridad sume dos cuerpos jóvenes apenas iluminados, Irina Marcano y Javier Cacheiro, sus cuerpos son cubriertos de tela igual al color de la piel con franjas negras, que les confieren un toque de salvajismo. La coreografía es obra de la misma intérprete y la música que les conduce es la de Armand Amar, los cuerpos se mueven de forma lejana y mecánica, como la música, luego se juntan, se revuelven y se resuelven en una danza mucho más contemporánea y potente.
Aguas primaverales inundaron el muro blanco en el siguiente acto, mientras Iratxe Beorlegui y Antón Joroshmanov vestidos de verde evocaron jóvenes retoños, bailando en esa época de renovación, guiados por la música de Sergei Rachmaninoff y la coreografía de Assaf Messerer.
La coreografía de Agrippina Vaganova, con música de Riccardo Drigo: Diana y Acteón, fue llevada al escenario por los bailarines Elisa Ramos y Rodrigo Ortega, quienes vestidos al estilo griego con quitones rojos, sobresalían bajo las luces lilas que bañaban el escenario del Esperanza Iris. Su pas de deux tuvo también variaciones para cada bailarín a manera de solo y dieron paso a un número mucho más contemporáneo y con más de diez bailarines en escena: Concierto lacónico.
Concierto lacónico es otra coreografía de Carlos Carrillo inspirada por la música de Antonio Vivaldi. Los sonidos barrocos del compositor italiano, que usualmente inspiran al ballet clásico, en este número interpretativo conducen al bailarín y al público por un camino más contemporáneo y místico, energético y vehemente. Los bailarines participantes en este número fueron: Monica Barragán, Alicia Hauffray, Michele Cutri, Irina Marcano, Scarlett Güémez o Yania, Fabián Morales, Yubal Morales, Erick Santamaría, Rodrigo Ortega y Roberto Rodríguez.
Luego de un intermedio, la siguiente parte de la gala presentó el segundo acto de El lago de los cisnes, con la coreografía de Lev Ivanov y la ya ingénita música de Piotr I. Tchaikovsky. Los papeles protagónicos fueron interpretados por los primeros bailarines Mayuko Nihei y el recién nombrado Argenis Montalvo.
Anotaciones tras el espectáculo de la CND:
a) Mayuko Nihei, de origen japonés, primera bailarina y bailarina solista de la compañía desde el 2007 y 2013, respectivamente. Es muestra de gran maestría y pasión, sus interpretaciones van más allá de la práctica coreográfica y se convierten en un espectáculo también de emociones, la duela siente su alma.
b)Pero, ¿por qué la Compañía Nacional de Danza de México, tiene como primera bailarina a una extranjera? ¿Por qué tantos Joroshmanov, Güemez, Cutri, Hauffray, Beorlegui? Los cisnes blancos son blancos del traje hasta la piel y la belleza de la piel tostada y los labios rosal al natural, los ojos alegres y dulzones de una mujeres mexicana ¿Dónde quedan? ¿Es que el talento viene en la piel?