Reflexión en torno al fracaso
en una época en la que a los
jóvenes se les exige el éxito
Teatro Orientación del Centro
Cultural del Bosque, fines de
semana hasta el
27 de noviembre
Cuatro jóvenes actores intentan reponer una obra. Sin embargo, por cada intento hay un fracaso. No la recuerdan y no la pueden concluir. De esto se trata Afuera, reconstrucción de una obra, que la compañía Motos Ninja lleva a escena hasta el 27 de noviembre, los sábados y domingos a las 12:30 en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque.
“La obra aborda el fracaso. Es un tema que me gusta mucho. Tanto en la danza como en el teatro, el fracaso es terrible si sucede en escena. Por eso me pareció interesante trabajar con él y hacerlo evidente”, explicó el director y autor del montaje, Nicolás Poggi.
De acuerdo al también actor, la obra tiene su origen en Argentina, donde originalmente participan siete actores. No obstante, a su llegada a México la ha montado con nuevos integrantes, con los que empieza a dar un nuevo giro.
“Los personajes originales salen, ya no actúan, pero permanecen al ser nombrados. Entonces, la obra es un intento por reconstruir esa otra puesta en escena, pero no queda. Parece que nunca se termina de armar, porque siempre pasa un error que hace que nunca finalice”.
Por su parte, el actor José Antonio Becerril aseveró que se trata de una reflexión sobre lo necesario que también es el fracaso: “Estamos acostumbrados a enseñar a los jóvenes y a las nuevas generaciones a que tienen que hacer las cosas bien, a ser personas de éxito. Sin embargo, se nos olvida que del fracaso aprendemos. La obra retoma la reflexión de que uno no puede aspirar a algo si no se ha fracasado miles de veces”.
Afuera, reconstrucción de una obra no cuenta una historia: es una consecución de más de diez escenas que no terminan de contar algo, porque siempre fracasan. Cada una rompe con la anterior, y el final es abierto, refirió el intérprete.
A decir de la actriz Ana Patricia García, la obra conecta con lo cotidiano: “En la puesta se trabaja con la improvisación, la acrobacia y la coreografía. Apostamos por traer el cuerpo a la escena, con lo que también retratamos lo cotidiano de la gente.
“La obra juega con las relaciones de poder que se entablan con aquello que se legitima. Casi todo el tiempo es una crítica y una burla a esos patrones de conducta que tenemos”.