59 Muestra Internacional de Cine
En los años setentas una forma de conocer el mundo, era comprar un boleto para la Muestra Internacional de Cine. Una ventana amplia y refrescante en un México que se preparaba para tomar la vía del desarrollo. La cultura cinematográfico formó parte de ese intrincado camino por recorrer y trajo la visión de cineastas noveles y directores como Francis Ford Coppola o Martin Scorsese que dejaron una huella muy profunda en las recién formadas audiencia de cinéfilos.
Actualmente con las diversas formas de hacerse de ese conocimiento, la 59 edición de la Muestra Internacional de Cine sigue siendo una forma de allegarse las múltiples formas de mirar el mundo, a través de la cinematografía mundial. Regresan conocidos realizadores como Peter Greenaway, Danny Boyle, Roy Andersson, Hirokazu Koreeda y Jia Zhang-ke
La Muestra Internacional de Cine, es un festín para conocedores y para los que se acercan por primera vez al séptimo arte.
Anualmente, y ahora otra vez en su modalidad de dos versiones por año, esta tradicional programación se exhibe en las pantallas de la Cineteca Nacional mostrando parte del mejor cine mundial en el presente.
La muestra compuesta por 14 títulos provenientes de países ya recurrentes en su programación como Francia, México, Estados Unidos, Italia y Reino Unido. Igualmente destacan las realizaciones de otras naciones como Suecia, Turquía, Islandia y Dinamarca.
Las cinta que inauguro este encuentro es Las elegidas (México, 2015), la segunda en la carrera de David Pablos. El amor corrompido por la trata de adolescentes, el negocio de la prostitución y un elenco poco conocido son los ingredientes de esta película que fue parte de la selección oficial de Una Cierta Mirada en el Festival de Cannes 2015.
Un retrato crudo y fantasioso de las consecuencias de la crisis económica en España es lo que deja ver la nueva película de Isaki Lacuesta, Murieron por encima de sus posibilidades (España, 2014), cuyo rodaje tomó dos años y que cuenta con la participación de actores emblemáticos de la escena española.
Otra representante latinoamericana es El club (Pablo Larraín, Chile, 2015), que señala los excesos de la Iglesia y se inspira en la propia crianza católica del realizador santiaguino. Como sucedió con No en 2013, esta cinta aspira a representar a Chile en la contienda por los premios de la Academia.