Cineteca Nacional
Un fresco retrato de la juventud, con protagonistas que luchan por obtener poder e identificación en medio de un clima de violencia y crimen, es lo que el joven director holandés Sam de Jong ofrece en su opera prima Príncipe (Prins, 2015), la sala 9, Juan Bustillo Oro, Cineteca Nacional
La historia gira entorno a un joven retraído de 17 años que crece dentro de uno de los barrios más inseguros de Amsterdam. Tras enamorarse de Laura (la atractiva novia del líder de una pandilla de poca reputación), se involucra con un sociópata para obtener un nombre reconocido y la economía suficiente para conquistar a la joven, ayudar a su padre que vive en la calle y proteger a su hermana menor, expuesta a la violencia inevitable de los alrededores. Ayoub descubrirá que antes de que pueda ser un príncipe, tiene que aprender a ser un hombre.
La película muestra una mirada agresiva sobre la construcción de la identidad juvenil. Recurriendo a actores no profesionales, el joven realizador logró retratar de manera natural cómo el aspecto, la posición y dinero que tiene un individuo, son suficientes para ser reconocido o aceptado dentro de una sociedad atrevida.
Sobre el uso de actores naturales, publicaciones como Screen Daily señalan que “la película es más fuerte cuando se le permite a su reparto, en particular a sus jóvenes miembros no profesionales, imprimir su personalidad insinuante en la acción”. Y agrega que el filme se beneficia de una atractiva desconexión estilística, “ya que se mueve desde una independiente base minimalista hacia un registro más intenso, casi surrealista, aunque este eclecticismo finalmente diluye la coherencia de la película”.
El título Príncipe hace referencia a la historia de Ayoub como una variante del cuento de hadas, donde él es el príncipe y su transformación hacia la vida adulta representa su reino. A pesar de sus circunstancias tiene tanto derecho como cualquiera a soñar con cortejar a la princesa.
Elegida como cinta de apertura en la sección Generation 14Plus del Festival de Cine de Berlín 2015, esta cinta se quedó una mención especial al Oso de Cristal como mejor primer largometraje. Además, fue uno de los 14 títulos que formó parte de la edición 35 del Foro Internacional, programación que retoma parte de lo más destacado del panorama fílmico en el mundo.