Me gusta caminar, pero tengo preferencia por salir cuando la lluvia es tenue. Sentirla sobre mi cabello y deslizarse lentamente por mi rostro. Oler la campiña a tierra húmeda, a cilantro fresco, a nabos, a zanahorias. Retener el olor a estiércol mojado, a vacas y a cabras, pero también a liebres y ardillas. Caminar bajo los nogales y las higueras, ver los arroyuelos extenderse sin prisa, saltando sobre las piedras. Me gusta caminar y sentir ese mundo primitivo, acuoso y exuberante dentro de mí. Seguir caminando hacía delante, más allá donde los caminos son asfaltados y se encuentran plagados de espíritus ruidosos, de olores industriales, de basura. Por eso prefiero seguir aquí, bajo la lluvia tenue, entre los árboles, sintiendo el olor a tierra húmeda, a nabos y a cilantro fresco.
Ramos Arizpe Coahuila 1977