Tengo 2 puntas que sangran en mi espalda
las alas arrancadas, perdidas, secuestradas
El cuerpo me protestó de los silencios,
del desánimo de las palabras falsas
¿Te avergüenzas por nombrar lo sagrado
sólo para no morir?
¿Te envileces en la letanía de lo que nunca llegará,
aunque lo digas un millón de veces?
Escupo pedazos de cicatrices,
ya no hay substancia, no hay utopía,
marcha o amor en lo que resta de vida
La única fiesta es la de la sangre,
la que me comprueba que sigo viva,
con algo púrpura que no cesa
y expulsa el sur de mi cuerpo
Mi espíritu intoxicado, mi voz fugada,
las piernas que caminaron por dónde no,
la llave que ya no encuentro
Ya no soy poeta, no hago eso que hacen los poetas
No voy a declamar, no me embriago en manada,
No conozco a nadie
Por que estoy sin voz, con estas manos de campesina,
Con este espíritu revuelto, desconcertado