Doy vueltas al mundo
en ochenta esperas
doy vueltas y vueltas
y no sé si quiero
ir o regresar
tengo esta incertidumbre de domingo
indecisa por el tono de piel que usaré
por no saber si romperé mis propios mitos
si venderé mi alma al diablo
o si firmaré convenios para ser legal
todo pasa tan rápido
siempre lo han sabido mis ojos
mis manos
quisiera creer y a veces creo
pero también evito la anestesia colectiva
el creer que soy parte de algo que no existe
busco monedas para costear mis ansiedades
busco alas para que me lleves a tu casa
en esta noche
todo es automatismo atropellado
como el auto sin frenos que soñé
eso
eso es
ir de un lado a otro
pero sin saber nunca donde está el maldito pedal
que llaman freno
y la carretera siempre ahí
y me gusta usar perfume de hombre
oler a madera y bosque
porque recuerdo esa noche en el sur
y loca y húmeda y desesperada
sólo me atrevo a creer en ti
y en algunas cosas más
y te digo que tengo ochenta esperas
almacenadas para ti
porque yo sé que tú sabes bien lo que digo
y esto es real para mí
esta furiosa esperanza
saber que me lees profundamente
que nuestras venas se entrelazan
cuando se me va el aire
y pienso en tus besos
en tu piel sobre sobre la mía
ya ves
esto empezó siendo un poema triste
de vehemencia existencial
y ahora estoy inundada de tu recuerdo
de estas ganas de volar incrustada a ti
de tatuarme otra vez tu nombre
tu voz
y yo sé
que tú también te sientes algo menos solo
cuando te escribo y te digo
y tú sabes
que mi alma espera tu venida gloriosa
que me santificará
aunque suspire blasfemias
la música ahora duele
pero me da por imaginar
que piensas en mí
esta noche
y deseas igual que yo
que nuestros puntos cardinales
vuelvan a coincidir
algún día
otra vez