S ólo han pasado seis minutos
desde que colgué el teléfono
y dejé de oír su voz.
En estos seis minutos
la vida en la frontera
ha cambiado drásticamente.
• Un automovilista atropelló a un oso de peluche, la borra se esparció por todo el pavimento. El llanto de una niña hizo un pequeño charco en el pavimento
• Una yegua vieja pasea por la desértica ciudad a un par de turistas que paran en cada bar para seguir embriagándose. Cómo les puedo decir que esas, a las que besan, no son mujeres.
• El candidato de un partido monopolizador dice un discurso ante mil personas, trece entienden lo que dice, dos le creen.
• La fila para pasar a los Estados Unidos ya llega hasta Monterrey.
Han pasado siete minutos
desde que Ella colgó…
La vida en Nuevo Laredo sigue cambiando.
• Un gato hidráulico acaba de aplastar a un ratón de computadora.
• La balacera del día empezó, ahora, en el oriente de la ciudad, es un típico día en la frontera.
• Setecientas cincuenta personas que oían el discurso del candidato de un partido monopolizador, se han quedado dormidas.
• En el monumento a los fundadores, dos de ellos han sido secuestrados. En donde mercan fierro viejo llevan a vender dos estatuas de falso cobre.
• La fila para pasar al otro lado, ya llega hasta Saltillo.
Son ocho minutos
desde que dejé de oír su voz
la frontera continúa inestable…
• En la radio un locutor sigue mintiendo. En la frontera no pasa nada.
• Ahora la balacera es en el sur. Toda la ciudad está de “fiesta”.
• Reparten billetes de doscientos pesos al finalizar el mitin del candidato del partido monopolizador.
• Las figuras que quedaban del monumento a los fundadores, han huido.
• La fila para cruzar al otro lado casi llega a Matehuala.
Y pensar que sólo han pasado nueve minutos
desde que dejé de oír su voz…