Cada vez que llego a casa
siento que la soledad
se ha quedado impregnada en las paredes.
Remodelaré toda la casa.
Primero cambiaré los tonos del horizonte
para que se pueda expandir en simetría la paz del desencanto.
Las ventanas quedarán abiertas en un día de septiembre
y la lluvia llegará a tus pies.
En el zaguán escribiré miles de veces su nombre
para que le parezca imposible llegar al olvido.
Luego pintaré lunas nuevas en las puertas
Por si regresas, que sea siempre de noche.
Tapizaré de insomnios tus poemas
y el calendario perderá los marzos, julios y septiembres
para boicotear tu cumpleaños, fiestas y carnavales.
Cuando esté a punto de perder la razón
y con tantos cambios la mudanza será inevitable.
Mi última mudanza.