Muchas gracias Rosa Lotfe
Invadida por el mistral
tu cuerpo se encoge y se abre
en bisagras relucientes
paralelepípedo que se desgaja
en piel, músculos, membranas
en superficies cóncavas
de lágrimas y párpados
ojos que todo lo ven y todo lo sueñan
que imaginan dolor doloroso
exiliados sin identidad posible
diáspora que continua imperturbable.
Te acaracolas
cuando el mistral inclemente
lame tu piel de cera
tus membranas de olivo y granada
sensación de dolor y recuerdo.
Marzo de 2008