María Esther Beltrán Martínez
S evilla, España.- La Semana Santa en Andalucía; además de ser un acto de fe, es una oportunidad para admirar en las procesiones diferentes obras artesanales. Es comprender una sociedad, estudiar su historia, ver el comportamiento sicológico, religioso y económico que se forma en torno a los hermanos de las Cofradías que desde hace milenios llevan a sus titulares por las calles en procesión.
Para entender la Semana Santa en España, es necesario estudiar la historia de cada una de las agrupaciones. Y aprender muchas definiciones para saber de qué se habla cuando nos dicen que: los tronos en Málaga se portan las imágenes en andas, que los tronos poseen diferencias con los pasos, debido que en otras ciudades son llevados por costaleros sobre la cerviz.
Implica que los primeros son cargados por hombres de trono, que meten su hombro debajo de los varales, que son las piezas de metal o madera de varios metros que sobresalen del cajillo, que es la estructura del trono, además los tronos suelen ser de tamaño mayor que los pasos.
Cada trono llevan faroles o velas realizadas con ceras especiales para la ocasión. Y así se suman miles de enseres que tienen historia y su definición es un lenguaje propio de las hermandades.
Sin duda destaca la vestimenta de cada uno de los titulares y me referiré hoy a una sola prenda: el manto procesional de la Virgen de los Ángeles que es la titular de la Hermandad de los Negritos de Sevilla, diseñada por Juan Miguel Sánchez Fernández, que data de 1958, bordado por las Trinitarias y que fue estrenado una tarde del Jueves Santo de 1961.
Cabe señalar que está Hermandad “es una de las más antiguas entre todas las de Sevilla que han logrado llegar a nuestros días, ya que fue fundada antes del 1400, en un momento histórico en que todavía ni siquiera había sido acordada por la Iglesia sevillana la construcción de la Catedral y está continuaba radicando en la Mezquita mayor almohade, cristalizada con el nombre de Santa María”, Isidoro Moreno en su libro La Antigua Hermandad de los Negros de Sevilla.
Considerado como una joya, este manto fue restaurado este año por parte del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) quien intervino en el tejido, los bordados y las piezas de marfil que decoran la obra. Cabe señalar que se analizó los marfiles y se determinó que provienen de un elefante macho de la sabana de África Central de la especie Loxodonta africana.
Agregaron responsables de la restauración que “el manto que acaba de ser restaurado por el IAPH sustituyó al de Rodríguez Ojeda de 1916, en terciopelo azul y bordado en oro, con el que procesionó hasta 1960 la imagen de la Virgen de los Ángeles. Fue en 1957 cuando se realiza la compra del tejido de tisú en Valencia para el nuevo manto, donación de Serafín Méndez Pérez, hermano de los Negritos.
En mayo de 1958 se presenta el dibujo- boceto de los bordados por parte del pintor Juan Miguel Sánchez Fernández, siendo aprobado por el cabildo de oficiales y destacando en el libro de actas “su acierto, buen gusto, originalidad y arte que encierra el proyecto”. Los bordados fueron realizados entre los años 1958 a 1961 por el taller de las religiosas Trinitarias de Sevilla, sufragados por don Enrique García Carnerero y cuyo coste ascendió a la cantidad de 225 mil pesetas. Los ángeles y querubines de marfil que ornamentan el manto fueron realizados por el taller de Mazuelos y Doblas, ascendiendo el valor del material a 4 mil 900 pesetas y el de su ejecución a 31 mil pesetas”.
El manto presenta una composición simétrica y bilateral, extendiéndose toda la decoración desde un eje central hacia los laterales. Su iconografía se basa principalmente en dos grandes ángeles que simbolizan los mensajeros de Dios portando una filacteria entre ambos donde se lee Regina Angelorum (Reina de los Ángeles).
La obra se cubre por una constelación de estrellas cuyo significado podría ser “las guías en el camino y el favor divino”. Los motivos decorativos bordados en hilos metálicos dorados y en plata son en su mayoría vegetales y geométricos, destacando especialmente palmas, símbolo de la victoria entre los cristianos y grandes lirios que representa la pureza y virginidad, flor por excelencia de María.
El análisis de varias muestras de los hilos de los bordados han determinados que son de plata de alta pureza con un bajo contenido en aleación con cobre.
El perímetro del manto está decorado con once cabezas de querubines de pequeño tamaño y el centro de la pieza con una pareja de ángeles. Estos elementos realizados en marfil, con el cabello dorado y policromía en cejas, ojos y labios. Las caras de los ángeles perimetrales y centrales están formadas por tres piezas unidas con elementos metálicos muy sutiles.
El forro actual de la obra no es el original, ni tampoco la blonda de malla metálica dispuesta en la zona de las caídas, que ha sido eliminada.
Todo este trabajo realizado a dejado listo un manto histórico que lucirá este Jueves Santo por las calles de Sevilla.