En la recta final de las definiciones, los propagandistas del régimen piden unidad nacional, llaman a marchar por la nación, gritan, vociferan, cuando ayer eran los mismos que denostaban cualquier manifestación pública de inconformidad. Se burlaban del nacionalismo –pasado de modo, decían-.
Hoy la sociedad los dejó gritando en la loma.
Tienen los medios de comunicación y toda la parafernalia gubernamental, pero el público no les hizo caso. Están fuera de foco. Están errados en su análisis.
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