“ No había cosa que más le irritara que el intento de los críticos por analizar su obra en búsqueda de símbolos y significados ocultos. Su idea del éxito era que los cuadros carecieran de cualquier explicación que valiera para satisfacer la curiosidad del espectador.
Reflexionaba en silencio, sin necesidad de hacerse notar (contrastando con artistas como Dalí) no le gustaba dejarse ver y se ocultaba en la normalidad de la rutina diaria, sin estridencias ni sobresaltos, volviéndose invisible para el mundo real. “
Detesto mi pasado y el de otros. Detesto la resignación, la paciencia el heroísmo profesional y los sentimientos obligatoriamente bonitos. También detesto las artes decorativas, el folcore, los anuncios, las voces comunicando anuncios, el aerodinamismo, los boy scouts, el olor a naftalina, los acontecimientos del momento y la gente borracha.