Mampara: La obra impúdica de la Sixtina

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Miguel Ángel Buonarroti pintó la Capilla la Sixtina de 1536 a 1541, todo a tiempo, todo en el lugar indicado.

El Juicio Final, parte importante del majestuoso fresco, en él se encuentran los arcángeles tocando las trompetas, debajo la boca del infierno, para muchos otros la llegada al Limbo.

Extensas fueron las críticas hacia la obra de Miguel Ángel, todas por los “excesivos” desnudos en el fresco, pasajes de la Divina Comedia se recuerdan al paso de cada personaje en el lienzo.

Biagio da Cesana, maestro de ceremonias de Pablo III, se quejaba incesantemente de la desnudez… poco antes de concluir su obra, Miguel Ángel pintó a da Cesana en el infierno, con orejas de asno y aunque éste se quejó con el Papa, y pidió que se removiera dicha imagen, la respuesta fue decisiva:

-Yo tengo el poder de interceder en cualquier cosa entre Dios y el hombre, pero en la pintura de Miguel Ángel, no.

Sin embargo, el Papa pidió a Buonarroti que la obra fuera más adecuada y evitara los desnudos, el maestro observó la pintura y lanzó:

-Haced del mundo un lugar adecuado y la pintura lo representará.

Años más tarde, el 31 de octubre de 1541, para ser exactos, el lienzo fue abierto al público, las críticas fueron de carácter moral, el Juicio Final fue clasificada como impúdica. En enero de 1564, muerto Buonarroti, se encargó a Daniele Ricciarelli da Volterra, cubrir las partes menos decentes de los personajes.

*Esta anécdota fue sacada del libro “Grandes
Maestros, Miguel Ángel” de Paz García Ponce de León.

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