- Juan Felipe Guzmán Cuevas
–¿De qué murió Rockdrigo González?
–De un pasón de cemento.
De este chiste muy ácido y popular entre los rocanroleros de la capital y del país se desprende de lo que hablaremos en esta entrega.
Con la dureza de un encuentro con la muerte y de no haberla sorteado hace 29 años, casi 30. De desprenderse de una vez por todas y de la mejor manera posible de lo que fuera la piedra de toque de este movimiento, Rockdrigo González por fin descansa en paz, sin que se le mencione con nostalgia, deuda, sin que la añoranza en la presencia del Profeta del Nopal sea considerada necesaria. El documental Rupestre, dirigido por Alberto Zúñiga Rodríguez, se desprende de este sentimiento y nos muestra a esos músicos que sólo con la voz y un instrumento de hace 400 años lograron realizar un movimiento musical que ha sido cimiento del rock nacional. Los participantes del documental son: Armando Rosas, Nina Galindo, Fausto Arrellín, Eblen Macari, Roberto Ponce, Carlos Arellano, Rafael Catana, Roberto González, Rodrigo González. Inexplicable es la ausencia de Jaime López.
Una primera parte plagada de imágenes de archivo, recortes de periódico, boletos de entrada a conciertos en el famoso “Foro Tlalpan”, demuestra que fue muy bien investigado, y los participantes dieron muy buen material, invaluable para un documentalista. Es de resaltar el material brindado por los hijos y la familia del cineasta Sergio García Michel, muerto en 2010, a quien en el documental le hacen un breve homenaje, que a mi parecer está fuera de lugar o sin tanta justificación, aun siendo Sergio el que más fotografío a los Rupestres en los años 80. Considero que en los créditos finales podría haberse hecho la mención y no incrustarlo en el documental a manera de parche dentro del largometraje.
En Rupestre nos muestran lo difícil que ha sido la trayectoria de cada uno de los músicos y lo que hacen en la actualidad, que tampoco es fácil. Es de destacar el trabajo musical que Eblen Macari ha realizado; en una entrevista para el libro Rupestre, coordinado por el productor ejecutivo del documental Jorge Pantoja –quien también aparece en alguna parte del documental–, menciona el músico: De Beirut a Cosamaloapan es un proyecto acústico más delicado, con músicas mías, composiciones con elementos árabes, música barroca que toca Olga en el clavecín, sones. Es un proyecto que había estado buscando durante los últimos diez años y lo pude hacer en este disco.
En un bien resuelto concierto o sesión grabada en un algún foro o teatro, los músicos tocan para el documental; y con tres cámaras gopro y una cámara principal resuelven bien las tomas, sólo que no todos los músicos están incluidos en este tipo de sesiones, donde tampoco se deja completa la interpretación de las canciones.
Rupestre comienza a cerrar con tomas bien construidas de los espacios en donde se realizaron las entrevistas, haciendo constar el paso del tiempo y la nostalgia por lo que fue. El trabajo del músico es difícil y también lo es poder llevar a cabo los proyectos que tienen; hay espacios, pero son pocos, y también hay muchos músicos.