Fin de ciclo y renovado comienzo
La nación avanza virtualmente hacia un país de desarrollo –festinan-; aunque más del 50 por ciento, de su población vive en el país de la pobreza –olvidan-. El reto es deshacer el nudo.
Presumiendo que en los próximos años la promesa se cumpliera y la estadística, rectificara y equilibrara su asimetría; antes habrá que focalizar varios rubros.
Y uno de ellos es la nueva Secretaría de Cultura para que sea una entidad abierta, sensible al pulso de la producción y desarrollo de los creadores y artistas del país.
Donde los círculos concéntricos dejen esa exclusividad –añeja- para transformarse en horizontales, diversos e incluyentes.
Las salas de cine, los teatros, los museos, las bibliotecas públicas, las audiencias de los medios, los tirajes de libros, y la oferta cultural aumente, al mismo tiempo que lo que se crea y se produce llegue al receptor final, el ciudadano, como consecuencia de un política cultural.
Es decir, hacer valer y ejercer: el derecho a la cultura, desde cualquier punto del horizonte.
Todo ello como un deseo de fin de ciclo y renovado principio de año.
Cronovidens