Luego de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), nos dimos cuenta de que en la letra chiquita nuestros negociadores y su pares del Norte, acordaron tras bambalinas restricciones a la libre circulación de los productos culturales, por ejemplo, la producción cinematográfica nacional. Las consecuencias están a la vista.
¿Con la firma del pacto comercial del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (ATP), qué papel jugará ahora la producción cultural de nuestro país, frente los once países firmantes?
Necesitamos saber y acercar la lupa a la letra chiquita de dicho pacto en relación con la cultura, sino las sorpresas pueden resultar en restricciones, pues nuestra vista no llega hasta los entretelones del escenario.
Esa película ya la vimos.
Cronovidens