Lu bian ye can, China, 2015, 113 min.
La ópera prima de Gan Bi acompaña a su protagonista por un viaje onírico y temporal a través de la provincia china
C hen es un doctor que trabaja en una pequeña clínica en la ciudad de Kaili. Su medio hermano, un hombre irresponsable, ha abandonado a su hijo Wei Wei en las manos de uno de sus conocidos, quien se ha esfumado. Para encontrar a su sobrino, el médico emprende un viaje en tren, que también aprovecha para realizar un mandado misterioso solicitado por su compañera de trabajo: entregar una camisa y un cassette a un viejo amigo. En su primer largometraje como director, Gan Bi expone a sus personajes a una travesía onírica que aprovecha el paisaje para concretar una poética de lo cotidiano, con un estilo inscrito en el sello con el que Apichatpong Weerasethakul ha marcado el cine asiático independiente.
El ambiente rural nebuloso que distingue a la provincia de Guizhou, en el suroeste de China, no sólo es la inspiración principal de Kaili Blues: Canción del recuerdo, una cinta que explora estos espacios con nostalgia y que es el catalizador mismo de una poética visual que le ganó notoriedad en el Festival Internacional de Cine de Locarno, en donde recibió una Mención Especial en la categoría de óperas primas y el Premio a Mejor Director Emergente para su realizador, el joven cineasta chino Gan Bi.
Combinando elementos formales etéreos, atmosféricos y callejeros que en los últimos años han cobrado una forma predominante en la escena cinematográfica asiática (con exponentes como Wong Kar-Wai, Hou Hsiao-Hsien y Apichatpong Weerasethakul), esta exitosa exploración de los sueños y la melancolía de la campiña forma parte del 37 Foro Internacional y se exhibirá del 18 al 23 de julio en la Sala 3 Fernando de Fuentes