México-Chile, 2017, 71 min.
El segundo largometraje de Camila José Donoso desdibuja los límites entre documental y ficción retratando una noche en un club de mujeres tran
U bicada en la Ciudad de México, Casa Roshell es un espacio utópico, una especie de refugio para aquellos hombres que viven reprimidos en sus deseos de feminización y travestismo. A lo largo de una noche, y a partir de íntimas viñetas, esta película nos conduce a través de los sueños y la búsqueda de identidad de una serie de personajes transgresores. Entre charlas, música, miradas e incluso performances, el segundo largometraje de Camila José Donoso ofrece un discurso de tono existencialista en torno a la dualidad de géneros y los deseos más innatos de las protagonistas, quienes también viven una parte de su realidad como hombres biológicos.
La cinta documenta, sin emitir juicio alguno, cómo se desarrolla una noche en el club Roshell; desde que llegan los hombres a vestirse, hasta los encuentros, reencuentros y desencuentros que se llevan a cabo en este espacio utópico. La fotografía, constantemente transitando entre tonos obscuros y rojizos, y la música que parece jugar con el contenido de la cinta, acompañan a esta trans-ficción –como lo llama la propia directora– que forma parte del 37 Foro Internacional y se exhibirá del 24 al 29 de julio en la Sala 3 Fernando de Fuentes.