Falta más de un mes para la primera visita oficial del Papa Francisco a México, en febrero de 2016, pero la demanda de que el pontífice católico se reúna con los familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa ha crecido en los medios, en las redes y en el seno de la Iglesia católica, a pesar de las resistencias del gobierno y de sectores de la jerarquía eclesiástica.
Desde el 14 de diciembre, el sacerdote Alejandro Solalinde, afirmó que sería “impensable” una visita del padre Jorge Bergoglio a México sin el encuentro con los familiares y con los expertos del GIEI.
El secretario general del Episcopado, Eugenio Lira, responsable de la agenda del Papa señaló que sería “muy difícil” el encuentro, pero el sacerdote jesuita Sergio Cobo confirmó al periódico Reforma, el 26 de diciembre, que miembros del clero mexicano se han unido al llamado de los padres que solicitan tener una audiencia con Francisco.
Durante la procesión que realizaron ese día hacia la Basílica de Guadalupe, los padres de los normalistas y los abogados recordaron que el pontífice católico ha expresado su solidaridad hacia los familiares y destacaron que sería “importante porque somos creyentes”.
El encuentro posiblemente se realizaría en Ciudad Juárez, último punto de la apretada agenda del Papa Francisco. El Centro Miguel Agustín Pro informó que ellos gestionan, a nombre de los familiares, un encuentro en febrero, en México.
En la plataforma Change.org se han recabado más de 3 mil firmas con la petición “Papa Francisco: Recíbanos a los familiares de desaparecidos”, impulsada por Omar García, uno de los normalistas sobrevivientes del ataque en Iguala, en septiembre de 2014.
Los familiares “necesitan ánimo, que todos nosotros caminemos con ellos, pero son los padres los que van marcando el paso. No basta con rezar. Se necesita también mucha inteligencia y mucha organización, porque hay fuerzas que los quieren dividir, engañar y aniquilar”, afirmó el sacerdote Sergio Cobo, al bendecir a los integrantes de la caravana que acudieron a la Basílica de Guadalupe.
Cobo es jesuita, como Jorge Bergoglio, el actual pontífice católico. Hasta el momento, la Compañía de Jesús no ha expresado su posición oficial, pero las gestiones para el encuentro se han intensificado.Durante la visita del Papa Francisco a Estados Unidos se buscó la posibilidad de un encuentro con los familiares de Ayotzinapa, en el marco de las celebraciones sobre el Día de la Familia. En El Vaticano se manejó la versión de que el pontífice prefería un encuentro en el propio territorio mexicano para darle la importancia debida.
Quienes conocen a Bergoglio, desde sus tiempos como arzobispo de Buenos Aires, afirman que si el gobierno mexicano o las autoridades eclesiásticas tratan de boicotear o frenar un encuentro con los familiares de desaparecidos, el Papa Francisco puede modificar la agenda o hacer un pronunciamiento público.