Durante la charla ‘Contra la corrupción’ realizada en el Festival del Premio Gabriel García Márquez de periodismo, la periodista Carmen Aristegui, cuyo trabajo es finalista en la categoría de cobertura, anunció que llevará su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La periodista mexicana Carmen Aristegui anunció durante su conferencia en el Festival del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo que demandará al Estado mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por la presión y la censura ejercida por este gobierno tras su investigación por el caso de La casa blanca del presidente Enrique Peña Nieto, trabajo finalista del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en la categoría de Cobertura.
Periodistas de América Latina presentes en el Festival que se realiza en Plaza Mayor en Medellín, apoyarán la demanda, incluyendo, a título personal, miembros del Consejo Rector de la FNPI.
“No es que antes no hubiera corrupción. Siempre la ha habido. Lo que hay es un periodismo más vigoroso que pone a los estamentos corruptos contra la pared y eleva el nivel de exigencia a los gobiernos”. La frase la pronunció con vehemencia la periodista mexicana Carmen Aristegui, directora del sitio Aristegui Noticias y conductora de CNN en Español.
Aclaración: el Consejo Rector de la FNPI no denunciará a ninguna entidad por el caso de Carmen Aristegui, aunque ella cuenta con el apoyo, a título personal, de algunos de sus miembros. La FNPI no tiene en su misión iniciar procesos judiciales en nombre de periodistas. La difusión de un tuit impreciso a propósito de este tema fue seguida de una aclaración sin ninguna ambigüedad.
Quién es Carmen Aristegui
Periodista y politóloga egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene una preocupación fundamental en su vida, que ha revelado tanto en sus columnas en el diario Reforma como en Zócalo y en su propia página, y que la ha convertido en la periodista más influyente de su país: que el poder no haga lo que se le antoja sino que tenga frenos y además, una sociedad enterada de sus desmanes.
Eso la llevó en 2014 a crear una Unidad de Investigaciones Especiales para hacer indagaciones y sacar a la luz hechos turbios en México. A ella entraron a formar parte el jefe de información e investigador Daniel Lizárraga, junto con periodistas de trayectoria como Sebastián Barragán, Irving Huerta y Rafael Cabrera. El trabajo de ese equipo, precisamente, dio con la investigación La casa blanca de Enrique Peña Nieto, finalista del Premio Gabriel García Márquez 2015 en la categoría de Cobertura.
La investigación sobre la casa blanca
El primero en pensar que había una historia interesante detrás de esa casa ubicada en el sector Las Lomas de Chapultepec fue el reportero Rafael Cabrera. Sus investigaciones concluyeron que el inmueble no estaba a nombre de Peña ni de su esposa.
A medida que investigaba descubrió que contratistas del gobierno estaban involucrados en esa propiedad, así como una compañía que apoyó la campaña del presidente mexicano. Ya con el equipo de Aristegui, la investigación comenzó a andar y tomó meses a la espera de conseguir la información sobre si la casa estaba declarada en el patrimonio de Peña.
El Gobierno se negó a dar información. Finalmente, el reportaje reveló que la primera dama había adquirido la mansión a un contratista que tenía tratos directos con el gobierno del Estado de México, y que se llevó la licitación para la construcción del que sería el tren Querétaro-México. La casa no figuraba en las declaraciones del presidente y los vínculos revelaban un claro flujo de intereses. El reportaje ganó el Premio Nacional de Periodismo de México. Carmen Aristegui, por su lado, fue despedida de la cadena radial MVS.
Cuando lo recuerda, Carmen Aristegui vuelve a ser enfática, y con justa causa: “Tenemos una tarea importante en cuanto a la corrupción se trata. No todas nuestras denuncias terminan en casos judiciales, pero a veces sí. En países como Guatemala, el presidente fue enjuiciado por corrupción. En México, nuestra investigación periodística tuvo un alto impacto social y periodístico, pero la respuesta oficial fue una supuesta investigación que no llegó, por supuesto, a ninguna conclusión. Nuestra investigación periodística fue imbatible, pero no hubo correlación entre la contundencia de los datos y los implicados a nivel judicial.
“Por el caso de La casa blanca de Enrique Peña Nieto fuimos echados del aire, y nuestro espacio fue eliminado de forma grotesca. Nuestra presencia fue aquilatada para la sociedad, pero aplastada por el Estado, con vendettas adicionales posteriores. Hoy, es un juego de malabarismo informar en México”.
Aristegui indicó, finalmente, que “estamos obligados a reinventarnos como periodistas. Ahora hay más información y herramientas. Hay más luz ante los procesos de corrupción. La sociedad está ávida de conocer más. Hay una larga lista de impunidad ante las muertes de periodistas, y la delincuencia y la mafia, en vez de ser perseguidas por las autoridades, están aliadas con ellas”. (FNPI)