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- Círculo Teatral
Hay obras que con el paso del tiempo no envejecen; obras que forman parte de una memoria colectiva debido a la universalidad que las conforman y una de ellas es Esperando a Godot (1952) escrita por el dramaturgo irlandés Samuel Beckett. Ésta es la obra de la espera inútil, del texto que se centra en ese tiempo suspendido en que nada pasa, pero que señala la necesidad imperiosa de proseguir pese a todo.
Esperando a Godot tiene temporada en El Círculo Teatral, los miércoles, bajo una pulcra concepción escénica de José Luis Cruz, quien apuesta por el desempeño actoral de su elenco, conformado por David Ostrotsky como Estragón, el cual en su indolencia es impulsado por la vitalidad casi perdida de Vladimir, brillantemente caracterizado por Josafat Luna.
Ambos son acompañados en su travesía hacia la nada por Sergio Acosta como Pozzo, Evaristo Valverde, dando vida a Lucky y, en una breve participación, Andrea Acosta como el niño.
Dicho texto de Beckett, que participa del existencialismo y el absurdo, fue trasladado a una paupérrima realidad mexicana donde el desaliento y la impunidad tienen un gran peso frente a la imposibilidad del resurgimiento ante una desalmada explotación social, ante un creciente desamparo.
La atmósfera de la puesta en escena es sórdida, mas no conmiserada. Se da reflejo de una sociedad cada vez más desmembrada, en la cual escasea la solidaridad humana.
José Luis Cruz muestra un trazo firme en un texto que ha resistido el paso del tiempo y que nos da una gran metáfora de la época en que estamos viviendo, donde la brújula se ha desorbitado. La obra transcurre en buen ritmo, y podemos afirmar que estamos ante un montaje redondo, mismo que permanecerá en cartelera hasta finales de septiembre y que es producido por Alberto Estrella y Víctor Carpinteiro.
Sin lugar a dudas, Esperando a Godot es una tragicomedia paradigmática en torno al tedio y la carencia de significado de la vida, y es altamente recomendable para ser vista.
