Se lleva a cabo en la Casa del Virrey de Mendoza de Tlalpan
Es necesario acabar con el resentimiento hacia España pues la derrota mexhica de 1521 sigue siendo una piedra en el zapato
Olvidemos ese pasado que nos lastima para dedicarnos a asuntos más positivos de bienestar personal y social
Nos dolemos por la derrota de Cuauhtémoc y de sus valerosas milicias mientras despreciamos a los indígenas actuales: Salvador Padilla
E n el marco del XV Encuentro de Cronistas del Sur, con el tema central: El arribo español y sus secuelas en los pueblos originarios del sur de la CDMX, el maestro Salvador Padilla Aguilar consideró que, “deseándolo o no, con trescientos años de dominio español nuestra cultura tiene mucho de los europeos”, pero enfatizó que “es necesario acabar con el resentimiento hacia España y los españoles, pues es excesivo el tiempo con esa molestia; y en la actualidad “la derrota mexhica de 1521 sigue siendo para muchos mexicanos y tlalpeños una piedra en el zapato”.
Al participar en el encuentro, que se lleva a cabo del 13 al 15 de agosto, con el tema El arribo hispano: tenebra y alborada tlalpanecas, organizado en la Casa del Virrey de Mendoza en el centro histórico de la Alcaldía, el también cronista Salvador Padilla expresó que: “Es excesivo el tiempo con esa molestia o ¿es resentimiento?, se preguntó. Han transcurrido casi 500 años –precisó— ya es necesario de que nos olvidemos ese pasado que nos lastima para dedicarnos a asuntos más positivos, como acceder a un mejor bienestar personal y social.
En el evento que contó con la presencia del director ejecutivo de Derechos Culturales, Educativos, Deportivos de la Alcaldía, licenciado Roberto Perea Cortés, el cronista puntualizó: “Creemos que por ello vale la pena laborar con actitud sana. No buscar más pretextos, sino asumir nuestro futuro con mayor madurez, responsabilidad y valor, y poner en práctica proyectos que nos enaltezcan. Obras que tendrán por fuente nuestra doble raíz heredada: indígena e hispana. No tenemos más. Somos flor y fruto de semillas indígenas y españolas”, subrayó.
No obstante, dijo que: “Las consecuencias de la derrota mexhica persisten hoy. Algunos mantenemos una especie de añoranza por el Mexhico-Tenochtitlan que dejó de ser a causa de ese desastre militar. Y aún lo lamentamos a pesar de nuestra diaria y dolorosa contradicción: nos dolemos por la derrota de Cuauhtémoc y de sus valerosas milicias mientras despreciamos a los indígenas actuales”.
Reconocemos y ensalzamos a aquellos guerreros épicos y nos enorgullecemos de la grandeza del imperio tenochca, pero ignoramos, “por indios”, a quienes, con sangre autóctona, se esfuerzan por sobrevivir en esta sociedad que los hace ajenos”. Y, “por supuesto, tampoco nos consideramos de estirpe hispana”, aseveró.
Asimismo, insistió el maestro Salvador Padilla Aguilar que “dejemos de despreciar esa doble raíz y considerémosla un activo. No un fardo que nos dificulte el paso, sino un venero de inspiración, que nos estimule a vivir creativamente. Varios mexicanos han brillado en muchos campos, entre otros, la ciencia y la cultura, en épocas diferentes, y con ello nos han marcado el paso. Recordemos cada quién a los que nos han señalado el camino. Son muchos”.
Continuó, diciendo que: “En vez de seguir lamiéndonos la herida, convirtamos nuestra herencia cultural en un recurso para un mejor futuro, ¡el que nos dé la gana y seamos capaces!, con el tinte de nuestra mexicanidad mestiza, sello que ojalá asumamos con dignidad y orgullo en la producción de frutos culturales y materiales de alto cuño, fruto de nuestro trabajo e ingenio indígena-español, es decir, abiertamente mexicano… y hondamente tlalpaneca”.
A mayor abundamiento, manifestó Padilla Aguilar que: “A poco tiempo de 1521, inició el forzado mestizaje biológico. Pero también el cultural, partiendo del idioma. De entrada, la lengua española es parte esencial de nuestra cultura de hoy. Pero, sin que la lista sea excluyente, también la lengua náhuatl es básica en nuestro bagaje cultural. Y los idiomas otomís, maya, tzeltal, mixteco, zapoteco, rarámuri y mazahua. Y lo son las más de medio ciento de lenguas que todavía hay en nuestro diverso país, algunas, para desgracia nuestra, en estado de desahucio”.
Cultura –continuó– es nuestra música indígena y mestiza y los múltiples y bellos hallazgos arqueológicos, como Cuicuilco, a lo largo y ancho de nuestro país, junto con nuestros templos barrocos o neoclásicos, las viejas casonas de nuestro centro histórico, nuestras vetustas haciendas, las casas diseñadas y construidas más recientemente, con innegable inspiración mestiza, por Luis Barragán y la pléyade enorme de nuestros talentosos arquitectos, así como las magníficas muestras de pintura mural prehispánica y la de nuestros modernos artistas, ejemplos universales de talento y sensibilidad.
También nuestra cocina que incluye en sus recetas mágicas los intensos gustillos indígenas y españoles que, mezclados con sabiduría ancestral, han cautivado al mundo, concluyó el cronista.
En el primer día de trabajo del XV Encuentro de Cronistas del Sur, participaron Agustín Rojas Vargas con su crónica, titulada: Cómo fue Culhuacán a la llegada de Hernán Cortés; Beatriz Ramírez González, con Descripciones de Iztapalapa en las fuentes del siglo XVI; María Eugenia Herrera, con el tema: Acachinango en la calzada a Iztapalapa: el Real de Cortés durante el sitio de Tenochtitlán, entonces y hoy; Ricardo Flores Cuevas, con Mizquic, la Venezuela a los ojos de Bernal Díaz del Castillo; Antonio Espinosa Hernández, La voz de los protagonistas a 500 años de la conquista de México; y Silvia Lignan, con la crónica 500 años del milagro veracruzano.
En general, se contempla la participación de 19 cronistas en tres subtemas: Al otro día de la Conquista: hechos y reflexiones; de almas y armas, así como Ni india ni española, la cocina es mestiza. Habrá dos espacios musicales para Los hermanos Padilla con la interpretación de música mexicana y del pianista José Alfonso Álvarez.