1
Hay una historia oculta tras tu historia,
un laberinto que vas marcando a cada paso,
intrincado pasado del cual no puedes salir.
Hay en tu historia un olor rancio, olor a desprecio,
el recuento tu vida se ha vuelto borrosa,
casi bruma, casi mortuoria.
Siluetas sobrepuestas
como un espejo frente a otro,
realidad interminable,
un muro te encierra,
un muro nos encierra,
todo se ha vuelto pasado.
En este recuerdo
tu voz se vuelve casi tangible,
el paradójico infinito
se va acabando al ritmo del humo de un cigarro.
El río es el espejo
donde se refleja
el desencanto
de Nuevo Laredo.
2
Me he convertido en un maniquí,
el personaje inmóvil de la historia oculta tras tu historia,
arlequín de todos tus llantos.
Llevo aquí varios siglos,
Mirandocómo van pasando tus innumerables vidas.
Me pregunto por qué en este lugar
la luz es cada vez más densa,
por qué puedes separar los colores con las manos,
por qué el pasado sigue estando tanto en la memoria.
Las sombras traspasan estos sueños,
por eso tu morada se pierde
en el etéreo cielo donde vuelan las gaviotas muertas
y las nubes van de negro a carmesí.
La lluvia se cicatriza en un deseo,
y alguien nos mira desde una ventana rota.
3
Hay una historia oculta tras tu historia.
Por algo también llegaste a la frontera.
La angustia nos acecha y trastorna,
un chillido irritante nos despierta
dejándonos mudos y huérfanos.
En esta ciudad del tiempo oxidado,
hay un olor a pólvora en los barrios.
Sonidos espectrales, pálidos lamentos,
un lamento eriza la piel,
la paranoia toma como rehenes a tus sueños.
Un recuerdo rebota
sobre el eco invicto de sus manos.
Nadie sabe lo que realmente es el pasado.
Hay una historia oculta tras tu historia.
Y tus ojos se pierden
entre la obviedad y el frio,
la humedad cala hasta los huesos.
La casa no protege,
tu adiós desampara.
Hay una foto oculta tras la ausencia
y ese podría ser
el verdadero final
de esta historia.