“Todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla
el golpe dado a cualquier mejilla de hombre”
Ernesto “Che” Guevara
A prendimos a quererte. Eres aquél que luciendo su boina, con estrella blanca, detrás de los montes, forjó al guerrillero, un hombre valiente y sincero.No hay hombre como tú, con asma y con la patria en la mano. Porque serás siempre el sin miedo, sin tacha, con gloria; simplemente el más fuerte.
Cincuenta años parecen mucho tiempo.Las fotos del día de tu muerte aún revelan la saña y no podemos olvidarte. Duele tu cuerpo inerte, cuando el lunes 9 de octubre de 1967, a las 13:10 hrs., tu voz fue silenciada. Pero La Higuera, municipio de Pucará, provincia de Valle Grande, Departamento de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, te recuerda. Las paredes de aquella humilde escuela boliviana todavía incriminan, hablan de tu valor frente al enemigo: “Póngase sereno y apunte bien, ¡va usted a matar a un hombre!”, dijiste al asesino, y la fuerza de aquellas palabras paralizaron a Mario Terán, el sargento boliviano que tuvo que recurrir al alcohol para poder ejecutarte.
A lo largo de mi vida me he dado cuenta de que tú tienes una peligrosa costumbre aún cuando los tecnócratas, políticos, clérigos, empresarios, estudiantes, docentes y puritanos te insultan, maltratan, explotan, manipulan, abusan, niegan y traicionan. Con todo ello, más se valida tu legado. Porque explícame,Comandante,¿cómo les puedo dar eco a sus palabras, si a diario veo que en nuestra sociedad latinoamericana se privilegia el trabajo intelectual, el de escritorio, y se somete a los que desarrollan el trabajo manual?¿Cómo podría escuchar a esas lenguas vituperinas, si son ellas las que pretenden impulsar la economía a través del abuso, la corrupción y la posición social?¿Cuando tú, al contrario, nos demostraste como ministro de Industria en Cuba que la economía sólo se puede estimular a través de la voluntad del trabajo, aunado a la desmitificación y ruptura de la distancia del que piensa y el que labora con las manos?
Comandante, tus detractores en mi continente dicen que tu pensamiento es obsoleto,y traigo a la palestra un fragmento de tu mensaje a la Tricontinental de 1967, “(…) hay que tener en cuenta que el imperialismo es un sistema mundial, última etapa del capitalismo, y que hay que batirlo en una gran confrontación mundial. La finalidad estratégica de esa lucha debe ser la destrucción de éste.La participación que nos toca a nosotros, los explotados y atrasados del mundo, es la de eliminar las bases de sustentación del imperialismo: nuestros pueblos oprimidos, de donde extraen capitales, materias primas, técnicos y obreros baratos y a donde exportan nuevos capitales —instrumentos de dominación— armas y toda clase de artículos, sumiéndonos en una dependencia absoluta”. En México la gente dice “¡No al muro de la ignominia, de la vergüenza!”, y tus detractores siguen rogándole al promotor de ese muro que no termine el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, porque México tiene dependencia comercial del mismo.
Es curioso, Comandante, porque en tus tiempos como ministro de Industria en Cuba, cuando Kruschev no los defendió y cedió ante Kennedy, ustedes le gritaban “¡Nikita mariquita, lo que se da no se quita!” y,ni con bloqueo, Cuba se dobló; en tanto, el gobierno de Fidel se distanció políticamente de la URSS como un acto de dignidad y soberanía.
En resumen, Comandante, en Valle Grande, donde el imperio pretendió echar sobre tu nombre toda la soledad de aquel sitio olvidado, no pudieron cerrarte los ojos, porque nadie muere mientras lo recuerden, porque no por estar callado eres silencio. Después de cincuenta años aún susurra el viento con tus ideas,que siguen teniendo una gran vigencia, la liberación de nuestros pueblos en su lucha contra el imperialismo continua, y el desafío sigue siendolograr lo que siempre nos invitaste a través de tus mensajes y libros: a luchar por la organización y la articulación social. Sin duda, hoy en la era Trump, con sus viejas y nuevas formas de intervencionismo, se ocupa tu estrategia. De ahí tu máxima, sigue vigentey es necesaria en pleno siglo XXI cuando afirmabas: “Y si todos fuéramos capaces de unirnos, para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún más efectiva, ¡qué grande sería el futuro, y qué cercano!”
Gracias Comandante, porque en ese mundo en el que muchos dirigentes estaban sometidos al imperialismo yanqui, tú sintetizaste los sentimientos martianos y bolivarianos con el objetivo de ser coherente. Gracias, porque con tus enseñanzas me lograste hacer entender que tu función en Bolivia no era la de ser el protagonista de la lucha, que realmente el detonador eran los bolivianos y tú junto con tus compañeros de lucha eran los promotores que servirían para activarla. Bolivia,tu última morada física, significaba el centro del cual irradiarían las columnas de guerrilleros para liberar a toda América Latina y el Caribe de la dependencia comercial y política , similar a lo que fue la lucha en la Sierra Maestra para la Revolución Cubana.
Ha pasado medio siglo de un mundo sin ti y las cosas en la práctica se han transformado radicalmente, pero en esencia, en América Latina y el Caribe, los pueblos siguen resistiendo. Tus ideas en gran medida, representan el punto de partida para hacer que sucedan las conquistas del poder popular y ciudadano como Bolivia con Evo Morales, la República Bolivariana de Venezuela, Ecuador con su revolución ciudadana, Nicaragua con su esfuerzo sandinista, El Salvador con Farabundo Martí y el gobierno progresista de Uruguay.
Mencionando que también se han vivido pasajes tristes y lascivos, generado un retroceso, como los errores electorales de 1989 y 2006 en México, la crisis de Haití de 2004, el golpe de Estado de Honduras en 2009, la crisis política paraguaya en 2012, el triunfo electoral de la derecha de Macri en Argentina en 2015 y el abuso de la ultra derecha brasileña al gobierno de Rousseff en 2016.
La misión de conquistar los espacios sigue ahí, el camino es muy cuesta arriba, como aquella Quebrada de Yuro, Bolivia, pero como lo mencionaste un día “La palabra enseña, el ejemplo guía”, y tú me guiaste, por ende seguiré luchando por ser realista para lograr lo imposible.
¡Hasta siempre Comandante!