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N o sólo de comercio y de promesas de colaboración viven las relaciones entre México y Alemania. También de debatir problemas muy concretos en el país como las desapariciones, especialmente, el de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los asesinatos a periodistas, los escándalos de corrupción y la falta de Estado de derecho. De estos temas habló mucho y con interés la canciller alemana Angela Merkel en su reciente visita a nuestro país.
La visita de Merkel a México se realizó en circunstancias muy especiales para ambos países: Alemania ha decidido replantear su relación con Estados Unidos y Gran Bretaña, a la luz de la actitud del presidente norteamericano Donald Trump que se negó a firmar el Acuerdo de París sobre cambio climático.
Los dos temas principales que la canciller Merkel mencionó en su conferencia conjunta con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto tuvo estos dos ejes: el incremento de la relación comercial con México, tomando en cuenta que existen 1,900 empresas germanas asentadas en nuestra nación y la inversión asciende a 25 mil millones de dólares; y el interés de Alemania por la situación de los derechos humanos y la libertad de prensa que atraviesa por la peor crisis derivada de los recientes asesinatos a periodistas.
“Sabemos, por supuesto, lo dramático que son las desapariciones. Es importante que esto se castigue y que se encuentre a los culpables. Eso, por supuesto, es vital, y por eso cooperamos con la PGR y con las asociaciones que representan a las víctimas”, señaló la canciller alemana.
También mencionó el tema de la corrupción vinculado a la gobernanza: “Es importante que en todo el territorio de México haya estructuras donde se luche contra la corrupción, donde haya transparencia y sabemos que la lucha contra el crimen organizado es un reto difícil. Y por ello queremos ayudar ahí, donde sea posible, para apoyar a México en esta lucha”.
En su visita de menos de 24 horas a nuestro país, la poderosa canciller alemana también sostuvo una reunión con dirigentes de organizaciones sociales, académicos y periodistas. A ellos les preguntó claramente: “¿en México no se sabe cómo actuar o no se quiere actuar?”. La referencia era sobre la corrupción y la impunidad.
Abel Barrera, vocero del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, en Guerrero, informó que en el encuentro privado le mencionaron a Merkel el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y denunció la falta de voluntad política de las autoridades federales para dar seguimiento a las líneas de investigación planteadas por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
Merkel reconoció la gran labor de los defensores de derechos humanos y el contexto peligroso en el que realizan su labor. Manifestó el interés de Alemania por ayuar a periodistas y expertos en derechos humanos que han sufrido amenazas.
La canciller alemana comentó que en México las libertades deben ser garantizadas “y se debe combatir la corrupción, que es una tarea difícil”.
Expresó su preocupación por la falta de contrapesos políticos en el país, sobre todo, por la debilidad del Poder Legislativo que no puede pedir cuentas al Ejecutivo, y que no exista un Poder Judicial con la fuerza necesaria para hacer valer el Estado de derecho.
De esta manera, el gobierno alemán subrayó que no es ajena a la crisis de derechos humanos por la que atraviesa México, a los casos de corrupción y vínculo con el crimen organizado y que no puede disociarse la relación comercial con el tema del Estado de derecho
