No alcancé ninguna costa
En la flor caliza
busqué tu ausencia
y la conquista del vacío
en el valle de amor volcánico
El camino andado asemejó
a un grito seco-feroz de lejanía
A través de un fragmento de cristal
contemplé el desamparo
de paredes agrietadas
o de puertas sin prisa
Y no soy yo
quien ahora habla
No soy yo
quien comienza
a vivir – aquí
Y no son estos espíritus
que habitan creencias ajenas
No encuentro los pasillos de tu voz
Levanto la cabeza hacia el tiempo
para asegurarme un retorno
Y tú crees que ya nada es lo mismo
porque todo es igual
Siento distancia en tu invención
¿Por qué convencerse de lo contrario?
La vida nunca ha sido la misma
aunque ahora se muestre igual