(Parte II)
Entrevista a un preso condenado a nueve años por violación
La primera vez sentí miedo, no sé bien de qué, yo creo que de no poder, porque luego de veras no pude. Los otros decían “ Órale, tu eres nuevo, te toca primero.” A mi hasta me temblaban las piernas; yo ni sabía bien cómo. A la chava la tenían agarrada entre dos y ya la habían calentado¿no? o sea que la habían madreado, pero se retorcía y me la hacía más difícil…
No, la mera verdá no, qué iba a pensar en ella, si todos nomás miraban y se burlaban, que a lo mejor no era yo machín. La verdad es que yo ya traía mi problema desde antes ¿no? que era eso de la circuncisión. Yo ni sabía qué era eso, yo decía que era mi problema ¿no? Nomás veía que era diferente, como que no se me salía bien. Yo veía cómo se les sale a los perros y así no me salía a mi.
Cuando tocaba orinar me tapaba, sentía vergüenza… No, nunca se lo dije a nadie y nadie me decía a mí nada.. Yo creía que era mi problema ¿no?
Sí, me cachondeaba yo solo, desde como a los doce; en bola nada, me daba vergüenza.
Cuando lo de esa chava, hasta me retiré de los amigos. Sentía coraje que no pude y ellos se burlaban. Fue entonces que me metí a talonear en la fábrica de plásticos.
El quinto de la buena suerte
Un día de raya, un ñero me dijo : Tírate carnal, vamos a Garibaldi, chance agarramos unas morras. Nos echamos unas chelas en una lonchería y le llegamos al baile en un lugarete con chavas; la mía dijo que si traía baros, nos íbamos al colchón. Yo la verdá sí traía ganas, estaba bien caliente con el lime de la bailada, pero pus de plano, mejor le expliqué mi problema. Ya estaba yo con muchas chelas, yo creo por eso ¿no? La morra se portó bien, me dijo ¡Ay como eres pendejo, eso que tiene que ver! Si eres quinto me traes buena suerte. Yo te lo quito.
Yo tenía miedo que no iba a poder, pero dije “ Ya vas…” ¡Y Ora que sí voy pudiendo!
Ya luego cada raya iba a buscarla, pero un día no estuvo y dije “pus con otra” y ¡Orale! y que digo ¿no que no? Van a ver hijos de su puta madre. Me fui al cerro de La Estrella con aquellos cuates y se los dije: Cabrones, a ver si no soy machito. Pa pronto le bajamos la gatita a un tira. Ya la tenía a la fuerza, casi encuerada en una cueva. Había dejado la pistola y la gorra a un ladito. Con su misma pistola le dijimos: Ora se trata de que te discutas con la vieja un rato, vergüenza de había de dar siendo tú la autoridad; y lo echamos pa fuera en calzones, con los pantalones bajados. Uno de los ñeros lo cañoneaba pa que no fuera a dar voz a los otros agentes.
La chava creía que la habíamos salvado, ¿no? y empezó a vestirse las ropas y a decir que muchas gracias. Yo hasta sentí ganas de dejarla que se pirara. Como que me entró lástima, pero pus no se trataba de eso… o qué iban a jetear los compas que cual machito ¿no? le dije: no, mamacita, ora nos tienes que dar un premio. Yo si pensaba, dónde no se me pare, van a andar diciendo que soy puto y si esta no se deja, va a’star más cabrón. Así que mejor la convencí. le dije que si no se dejaba metíamos la pistola, a ver si así se ponía blandita y pus sí quiso. Le dije que nomás yo iba a pasar por ella. Todavía así me costó el resto; cerró los ojos y tenía bien apretadas las piernas, así como un costal ¿no? Así como que ni me hacía nada. Yo ya no sabía ni qué decirle, así como qué le costaba ¿no? pero no se podía allí, así que le digo: Ora puta hija de la chingada, que me gusta que me miren cuando jodo. O te aguadas o te carga. Abrió los ojos al techo y mejor así, yo creo…y pus sí pude. Nomás pa ayudarme me puse a acordarme de la puta y sí pude…
No, pus los otros también pasaron luego por ella. Hasta nos encarnalamos con el agente. Ya no quiso pasar por la chava pero nos dijo que si no corríamos la voz, él y sus ñeros se iban a hacer los ciegos si nos veían chingando a otras viejas, nomás que hiciéramos lo mismo si los cachábamos a ellos, porque cuando agarran a las parejas que por faltas a la moral, le bajan la luz al güey y pasan luego por la morra.
Ya con esas, la pura tranquilidad. Cada sábado nos íbamos en bola a discutir al cerro. Si nos topábamos con los agentes, nos cuadrábamos y ni en cuenta.
O sea que yo qué m’iba a preocupar de que nos agarraran, si estábamos bien de acuerdo, andábamos en lo mismo. Y mira nomás lo que pasó.
Cuantas veces? Uy ya hasta perdí la cuenta. le entré como a los dieciocho y ya paso de los veintiuno.
Yo no veo la diferencia, las putas y las que van al cerro pa mi es lo mismo. Si andan disque paseándose con el novio o peor si andan solas, pos se la buscan¿no? Si estuvieran planchando y cosiendo en su cantón, no les había de pasar nada. “El macho al jalón y la vieja a su cantón” ¿no dicen? Ora que andan quesque con la independización, que quieren trabajar y ganar los chuchos, ¿no? Por ahí se lo buscan ¿no? A la mejor es castigo de Dios (ríe) ¿Usté como cree?.
Las novias son pa otra cosa
Sí, he tenido como tres…No, ¿pos qué pasó? Con las novias no, esas son pa otra cosa… con esas muy acá, muy decentón. Fíjese,una vez andaba con una amiga de mi hermana. fuimos los tres a una lonchería y cuando mi hermana fue a hacer sus necesidades, la chava se me lanzó : que mejor ya quería ser mía ¿no? aunque ni nos casáramos, que nomás la dejara seguir estudiando, porque en su casa no la dejaban hacer nada y se la madreaban, pero pos yo ahí si le dije: No chiquita, yo no me voy a buscar enemistades con tu papá ¿no? él sabrá lo que hace. Pus muy su hija ¿no? Ahí que se chingue.
Pos ora a ver, ya me sinceré con usté ¿no? y pus pa qué más que la verdá, yo si helecho muchas veces eso de la violación. Pero a ver, ahora que no hice nada, me agarraron, y me echaron nueve años. ¡Qué chinga! me agarraron saliendo de la chamba . y yo todavía les digo de broma, que la orden de aprehenderme ¿no? Toma tu orden y ¡Moles! me agarraron a fregados, pa dentro de la patrulla. Y eso que cuando la chava me vio, dijo: no, ese no fue, ése ni lo he visto; y yo oí como le decían: pos sí es porque no encontramos otros. Luego la metieron a otro cuarto y sabe qué le dirían porque cuando salió ya cambió: Qué sí, yo había sido. Y al chile quería el Ministerio público que firmara yo la declaración, que ya hasta la tenían hecha ellos, de que yo había violado a la chava con otros cuatro. Yo dije: Ni madres que firmo, o me chingo sólo. El Ministerio dijo: ablándenlo otro poquito, a ver si no firma este hijo de la chingada, y moles que me ponen otra calentada.
Le pegan a uno con la mano vendada pa que no se noten luego los golpes; le dan en el estómago y aquí como en el corazón. Eso duele bien gacho. Luego le jalan a uno los güevos y le dan toques. Me decían. ¿Vas a firmar hijo de tu pinche madre? Yo todavía contesté: No, como voy a firmar, si me quieren chingar. ¿Ah no? pos moles otra vez y pus como no ¿no? Yo dije: Ahí muere, sí firmo. Todavía me dijeron: Si no quieres ser tú, cáete con treinta mil baros y te arreglamos el asuntito. Pero pos ¿usté cree? De dónde, y ni aunque los tuviera ¿no? ¿porqué les iba a dar toda esa feria, encima de que ni había hecho nada.
Otro que agarraron por lo mismo se salvó. La familia se chantó con veintemil baros y se salvó, pero pus yo ¿de dónde?
Cuando me trajeron aquí al reclusorio, pregunta el secretario de la juez que si aceptaba yo mis declaraciones. Yo dije: No, cuáles mis declaraciones, si me pegaron, me… ¿cómo se dice? me coaccionaron a puros golpes pa que firmara. Si aquí ellos bien que saben. Aquí no lo maderan a uno, pero ¿pos ya pa qué? si ya lo obligaron a firmar y eso cuenta pal juicio.
Ya me echaron los nueve años, ahorita estoy en apelación. Y luego, con la juez que me tocó, dicen que es rete dura. Yo ni la vi en todo el proceso; los careos y todo eso nomás con su secretario y a veces ni él estuvo. Nomás lo tiran a uno de a loco. Yo vine a verle la cara a la juez hasta el día de la mera sentencia. Ya habían pasado meses. Todavía el secretario le pregunta si está usted de acuerdo con la sentencia. Yo ya de plano les dije: “¿qué, se están burlando o qué?”.
Dicen que la juez es una frustrada, por eso si cae uno en sus manos l´agarra contra uno, porque hace años le violaron a su hija. O no sé bien si es la otra, la del poniente, pero esta también ha de ser una frustrada…
Oiga, usted que dice que habla con las mujeres ¿y ellas que sienten?
La justicia
(Entrevista con el jefe del Departamento de Averiguaciones previas de la procuraduría General de Justicia del D.F. en Xochimilco.)
La mujer lo provoca
Las violaciones de mujeres son frecuentes. Estos delitos son de época de primavera. Se dan en casos de euforia sexual. Quizá el calor excite los sentidos. Yo creo que principalmente, la mujer se quita mucha ropa y lleva los brazos descubiertos, los senos prominentes, la falda corta… En fin, son elementos que excitan los sentidos…La mujer lo provoca.
El caso que le cuento, por la forma en que habló la mujer, se vio que no era cierto… Nosotros trabajamos con puras presunciones. Relató que estando en el asiento delantero, él la desnudó y luego la obligó a pasar al asiento trasero; pero eso no es creíble ¿no? porque a una mujer no le podemos quitar ni una media si la mujer no quiere…Entonces, si realmente hubo forcejeo, deja huellas necesariamente, hematomas, una señal…
Eso nos lo enseñaron desde el primer año de Derecho Penal, que a una mujer es imposible que se le puedan abrir las piernas, porque los músculos más fuertes son los costureros, que son los custodios de la virginidad… Sí, nosotros actuamos desde luego con buena fe ¿verdad? Y siempre tratamos de dar un poquito de credibilidad a la mujer.
No es que le demos más credibilidad a la palabra de un hombre. No, no, nunca, sobre todo se supone que debemos proteger a la persona débil en lo físico, que es la mujer…
La violación es una cosa muy reprobable, pero es relativa… En Xochimilco las muchachas están preparadas desde corta edad para el acto sexual, porque viven en un cuarto y ven la vida sexual de los padres. Eso despierta el sentido sexual a corta edad. Yo creo que esa es una de las causas por las que las muchachas de aquí se van con los novios.;. Quizá como la mujer es más audaz, más atrevida que el hombre, el hombre reacciona con más lentitud que la mujer… la mujer tiene muchas artes y formas para conquistar al hombre. El hombre es tímido y temeroso para acercarse a la mujer… El hombre es más fiel, más abierto y la mujer piensa que la amistad siempre conduce a una relación sexual… Están ansiosas ellas.
( Los textos publicados son parte del estudio realizado por el Colectivo Cine- Mujer para la película “Rompiendo el Silencio”, dirigida por Rosamarta Fernández. Producida por CUEC UNAM. Participaron en esta investigación: Rosamarta Fernández, Laura Rosseti,
Sibyle Hayem, Beatriz Mira y Helen Calmus).