La soledad tiene ese tinte nocturno con olor a nostalgia desgastada,
a veces, en medio de un atardecer interrumpido por una palabra se deja venir hecha polvo, lábil y senil, avisando de su caminar interrumpido por los años, que nos han traído hasta aquí serenos y quietos, incapaces de desobedecerle.
La soledad a veces broma, a veces amuleto. Simple, dueña de todo.
La soledad; martillo, roca, elefante.
La soledad cualquier cosa hecha palabra, edificada, construida.
La soledad; poderosa arma sigilosa, tenue pedacito del día, eternidad.
La soledad un canto despistado, palabra encandecida y desafinada, torpe mirada desprevenida, cielo calcinado en una habitación silenciosa, guardiana de tu íntimo secreto parecido a la muerte de cada segundo desgastado de todo eso que fue hoy.