Contrapunto / Counterpoint es un estreno y El tiempo perdido no vuelve es de reciente creación
Teatro de la Danza, 20, 22 y 23 de octubre, en el marco de la temporada Grupos consolidados
La compañía, dirigida por Francisco Rojas, tendrá como bailarina invitada a Luisa Díaz González, quien formó parte del Béjart Ballet Lausanne
Tiene tres años de existencia. Sin embargo, se ha consolidado como una de las agrupaciones de danza más vanguardistas de México porque ha concebido un singular estilo que fusiona la danza clásica con otras disciplinas del arte contemporáneo.
Se trata de la compañía Convexus Ballet Contemporáneo, que presentará en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque dos de sus más recientes creaciones: El tiempo perdido no vuelve y el estreno de Contrapunto / Counterpoint, el jueves 20 de octubre a las 20:00, el sábado 22 a las 19:00 y el domingo 23 a las 18:00, en el marco de la temporada Grupos consolidados.
Ambas piezas fueron creadas por Francisco Rojas, fundador y director de Convexus Ballet Contemporáneo, y un talentoso ejecutante que fue miembro de importantes grupos nacionales e internacionales como el West Australian Ballet, el Jeune Ballet de France y la Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes, además de haber bailado repertorio de grandes coreógrafos como George Balanchine, William Forsythe, Jiří Kylián, Nellie Happee, Mark Godden y John Cranko.
Para estas funciones, Convexus Ballet Contemporáneo tendrá como invitada especial a Luisa Díaz González, bailarina mexicana que formó parte del Béjart Ballet Lausanne y del Bayerisches Staatsballett.
Programa doble
Contrapunto / Counterpoint, que cuenta con música de Leslie Stuck, revela las diferentes posibilidades que tiene un cuerpo para moverse en un espacio determinado y ampliar la gama y el rango de movimiento en la técnica de la danza clásica, al emplear diferentes sensaciones y estilos para la ejecución.
Su creador partió de la idea de que el contrapunto dentro de la música es una técnica de composición que evalúa la relación existente entre dos o más notas independientes (polifonía), con la finalidad de obtener un equilibrio armónico. Por ende, la combinación de dos o más secuencias ejecutadas en un mismo espacio generan un efecto visual y de orientación único.
Por otra parte, El tiempo perdido no vuelve es una pieza de profunda carga emocional que invita a ahondar en el subconsciente y a reflexionar sobre situaciones del pasado para confrontar y revivir aquellos sucesos que marcaron un momento importante en nuestras vidas y que forjaron el presente que vivimos.
Para su creación, Francisco Rojas se basó en la idea del filósofo Henri Bergson de la persistencia del pasado en el fondo de la memoria subconsciente. La obra cuenta con música de Philip Glass, Kaija Saariaho y Ezio Bosso.
Obras simbólicas para la compañía
En entrevista, Francisco Rojas comenta que ambas obras son importantes para él y su compañía porque han generado una identidad propia y un estilo que los define.
El coreógrafo explica que con Contrapunto / Counterpoint quiso experimentar con los bailarines a través de un laboratorio de movimiento que permitió descubrir sensaciones diferentes en su danza por medio de diferentes secuencias de conexión de brazos, piernas, caderas y hombros, lo que generó un efecto visual único a nivel tridimensional por medio de diferentes rangos de movimiento de rotación y de cambios de orientación.
Por otra parte, en El tiempo perdido no vuelve quiso explorar con cada intérprete hechos reales y personales de momentos que han marcado y definido su vida y personalidad, para crear una coreografía con profunda carga emocional a través de los sentidos y de la improvisación, al dotar a los bailarines de herramientas para lograr el desarrollo coreográfico e interpretativo deseado.
Rojas añade que busca generar en los espectadores “la reflexión, pero también que gocen la danza, amen la vida y se hagan conscientes de que cada acción que tomamos lleva consigo una consecuencia. La vida es maravillosa, pero al mismo tiempo es frágil y efímera”.
En Contrapunto / Counterpoint, su autor revela las diferentes posibilidades que tiene un cuerpo para moverse en un espacio determinado y demuestra así que la danza clásica ha evolucionado y que el ballet también puede ser una forma de arte contemporáneo.
Y en El tiempo perdido no vuelve, el coreógrafo medita sobre la vida y la muerte con un mensaje para los espectadores: “Es hoy cuando tenemos que hacer, decir y tomar decisiones; cuando tenemos que reír, amar, ser felices y ser amados. No hay vuelta atrás. El tiempo que perdamos nunca volverá”, finaliza.