Amanecí con el sol en mi cara
y después de dos horas
llegó la tormenta
Admito que no hay salida
que estoy atrapada
que la vida se suspendió
Renuncio a mi piel
para desterrar el deseo
huyo de la ciudad, de la multitud
El futuro empequeñece
y la alegría resbala
en mis manos de hielo
Sólo queda cerrar los ojos
y mantener la fe de oruga
en este largo proceso
Sé que las puertas no se abrirán solas
sé que soy yo
pero ahora no puedo
El frío descobija mi alma